Violencia escolar en Chile – En las últimas semanas se han visto peleas con excesiva violencia física en diversos colegios, lo que ha generado alarma y preocupación por parte de las autoridades y apoderados.
por Pablo Herrera Navarro y Alejandra Vásquez Alvarado (Chile)
Si bien este 2022 ha estado marcado por el retorno a las clases presenciales, los hechos de violencia señalan un triste registro; de acuerdo con la Superintendencia de Educación de Chile, las denuncias por maltrato físico y psicológico en alumnos escolares registra un alza de 22 % respecto de años anteriores.
Un factor a considerar, a juicio de los expertos, es la pandemia, donde aumentaron considerablemente los problemas de salud mental tanto en adultos como en niños, así como también la violencia en el hogar y la comunidad.
La psicóloga y experta en temas de cohesión social Paula Luengo expresa: “Ante la violencia que estamos viviendo en estos días, mucho se ha hablado de que esto tiene que ver con la pandemia, pero creo que hay una serie de factores que entran en juego. Lo que estamos viendo es la punta del iceberg. Como sabemos, la pandemia exacerbó las desigualdades sociales y acá los alumnos volvieron de golpe a las escuelas sin ningún tipo de transición. Recordemos que las escuelas públicas, que cubren casi el 90 % de la matrícula del país, regresaron ahora de manera presencial y los estudiantes han vivido años complejos no solo en términos de sociabilización, sino también de pérdidas familiares, de graves problemas económicos en sus hogares, entre otras cosas”.
Y agrega: “No podemos tratar el regreso como si nada de esto hubiera pasado. Vuelven a sus escuelas y hay vidrios rotos y los baños no funcionan, probablemente eso también hace que se genere una reacción frente a la falta de cuidado y la desprotección, con un quiebre en la relación con la autoridad, con la sensación de que no se ha preocupado de ti. Y a un nivel más amplio, no olvidemos que están viendo desde sus redes sociales en tiempo real una guerra que normaliza la violencia de alguna manera”.
Son varios los videos que circulan en las redes sociales que muestran cómo escolares se enfrentan con puños y patadas en el interior de colegios o en plazas cercanas a los establecimientos. La profesora del Liceo Domingo Santa María de Concepción, Daniela Maldonado, señala que “los más pequeños perdieron dos años de escolaridad y en algunos casos hay niños con conducta violenta, y los mismos apoderados se han vuelto agresivos”. “Han aumentado los protocolos de convivencia escolar, es necesario llevar un trabajo en conjunto para sacarlos adelante”, dice Maldonado.
En la actualidad, existe evidencia que indica que hay diferencias entre hombres y mujeres al momento de hablar de bullying. Un estudio realizado en España en 2019 (Chocarro y Garaigodobil), mostró que los varones son más agresores y ejercen la violencia física, mientras que las mujeres presentan más violencia verbal-psicológica y mayormente son víctimas.
Más allá de que en estos tiempos nos invade la tecnología, aun así cabe la pregunta: ¿Existirá hoy más bullying que antes? Para la psicóloga Ximena Díaz, “durante el siglo XXI, el bullying se ha vuelto más sofisticado que antes”, y enfatiza sobre los nuevos canales de comunicación que han surgido en los últimos años y en cómo se han vuelto, también, plataforma para la visibilización y expansión de casos de acoso.
“Aspectos como la violencia han sido desarrollados con el paso del tiempo, especialmente por las redes sociales, que junto a los medios de comunicación han hecho posible que cualquier caso de abuso se difunda de manera masiva. Y ayudado por la inmediatez que proporcionan, es en este contexto que aparece el ciberacoso o ciberbullying, definidos como acoso o intimidación por medio de las tecnologías digitales, que pueden ocurrir en las redes sociales, videojuegos o teléfonos móviles”, explica Díaz. “Son comportamientos que se repiten y que buscan atemorizar, enfadar o humillar a la persona mediante estas plataformas virtuales”, añade.
Sin duda atravesamos una crisis de desconfianza, como lo indica el sociólogo Gabriel Sepúlveda, quien comenta: “Hoy existe la desesperanza a nivel social, no se cree en la autoridad y en la clase política en general, hay un factor de descontento y frustración de no estar conforme con lo que se está haciendo. Falta reencontrarnos con nosotros mismos y sumar los valores en cómo respetamos al otro y donde la familia tiene un valor fundamental”.
Dentro de las medidas que se barajan, están: 1) fortalecer los programas de salud mental, tanto en educadores como en apoderados; 2) La posibilidad de flexibilizar la jornada escolar completa y actividades de educación no sexista. “Esta etapa del plan de activación tiene que ver con una reconexión emocional de los educadores. Entendemos que para que esto pase con los estudiantes, lo primero que tenemos que hacer es acompañar a los profesores, que al igual que nosotros como adultos nos hemos visto enfrentados a las situaciones de salud mental durante la pandemia”, dijo el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, tras las primeras mesas de trabajo que buscan abordar la crisis. En la actualidad, Chile enfrenta grandes desafíos en el regreso a las aulas de la población más joven. A modo de conclusión retomamos las palabras de la experta Paula Luengo acerca de los pasos que podríamos seguir: “Canalizar las emociones de frustración y rabia de las juventudes, con más arte, más naturaleza y currículum más flexibles”. Para así legitimar la autoridad, esa que tiene que pasar a tener una cultura de cuidados.