Panorama – Tras el rechazo al nuevo texto constitucional del año pasado, Chile enfrentará una segunda oportunidad para decidir si mantiene la estructura vigente o apuesta por una renovación. El Congreso ya trabaja en un borrador al cual dará forma y redactará su versión final un Consejo Constitucional que deberá ser elegido por la sociedad. La votación por sí o por no será a mediados de diciembre.
por Pablo Herrera Navarro (Chile)
Siete meses han pasado desde las elecciones en las que un 62 % de la ciudadanía rechazó la propuesta de una nueva Constitución en Chile, redactada por una Convención conformada específicamente para esa tarea. El 4 de septiembre pasado, de un total de 13 millones de chilenos (récord histórico en la participación electoral del país) más de la mitad optó por mantener la Constitución vigente; lo que parecía un claro triunfo de la propuesta de 388 nuevos artículos tuvo un revés tan duro como inesperado.
“Los procesos de transformación social son de grandes alientos, los cambios no se hacen de la noche a la mañana, no podemos olvidar esa gran lección de la historia”, había dicho el presidente, Gabriel Boric, tras conocerse los resultados finales de los comicios.
Desde enero del presente año, el Congreso trabaja para la creación de una nueva Carta Magna. Para ello hay 18 miembros de la Cámara de Diputados y del Senado enfocados en esa tarea, además de una Comisión Experta compuesta por 12 personas escogidas por los congresistas. También está el Comité Técnico de Admisibilidad, integrado por 14 abogados que velan por el cumplimiento de las 12 bases institucionales fijadas por el Congreso.
Estos expertos en la materia tendrán la misión de elaborar y presentar, en un plazo de tres meses, un anteproyecto de nueva Carta Magna al nuevo Consejo Constitucional, que estará conformado por 50 integrantes elegidos por la ciudadanía en las elecciones de principios de mayo.
El Consejo, que comenzará a operar a partir de julio, contará con cinco meses para aprobar la propuesta de texto de la nueva Constitución. La mira está siempre puesta en el 17 de diciembre, fecha en que se llevará a cabo el Plebiscito de Salida.
En la presentación del panel de expertos se designó a la abogada Verónica Undurraga. “Los malestares de nuestra sociedad son profundos y se requerirá tiempo para generar confianzas. Quiero que mi sello sea el respeto por cada ciudadano y ciudadana de este país”, sostuvo Undurraga en las dependencias del ex Congreso Nacional en Santiago.
“Sé que muchos no se sienten convocados o que están escépticos ante este proceso, y no depende de mí ni de la voluntad de este grupo, que estoy segura de que existe, que podamos volver a encantarles con este proceso”, precisó la doctora en derecho.
La académica también reconoció que los malestares en la sociedad chilena son profundos y que se requerirá tiempo. “Vamos a equivocarnos, nos vamos a enojar porque tenemos convicciones, personalidades y caracteres muy marcados. Convicciones profundas”, dijo. “Además, tenemos miradas diversas de lo que es mejor para Chile, pero tengan la certeza de que nos une el compromiso por el bienestar de nuestra patria, de construir juntos sin que nadie quede afuera”, agregó.
Eduardo Cretton, constituyente que llevó adelante el proceso anterior, comentó que se necesita de una Convención que represente las diferentes sensibilidades del país. “En el proceso anterior hubo reglas que alteraron la democracia, como los escaños reservados, que provocaron una distorsión impresionante, lo que hace replantearse que en este nuevo desafío estén representados todos los movimientos políticos y que sean escuchados en virtud de lograr un verdadero equilibrio”, sostuvo.
Una opinión diferente tiene Nelson Ponce, quien en la elección pasada votó a favor de la nueva Constitución: “Había muchas cosas positivas en el proyecto del texto constitucional, pero desde el primer día hubo una campaña en contra que generó una desinformación por parte de la ciudadanía”, explicó. “En esta oportunidad, la situación está en manos de los políticos, por quienes votamos en contra la vez pasada. Si bien no me convence esta nueva mesa de trabajo, no cometeré el error que cometieron muchos en el proceso anterior, el de juzgar antes de tiempo. Leeré esta propuesta para luego votar informado”, añadió.
Sin duda se trata de una segunda oportunidad para Chile. A pesar de no haber conseguido hacerlo efectivo el año pasado, lograr el ansiado acuerdo por la unidad es una deuda pendiente que tiene, al menos, gran parte de la sociedad. El país andino atraviesa nuevamente un año electoral para buscar consolidar aquello que comenzó en 2019 con un fuerte estallido nacional y que, evidentemente, ha significado un punto de inflexión en la historia chilena •