Cada vez son más las personas que sufren algún trastorno psicológico. No solo lo marcan las encuestas internacionales, que reflejan cómo las situaciones de estrés repercuten en el estado de salud mental, sino que podemos verlo a diario en las noticias. También, seguramente, en los entornos personales, donde puede haber casos de seres queridos que necesitan la ayuda de profesionales para comprender y resolver situaciones, pasadas y presentes, que los aquejan y afectan su normal desenvolvimiento cotidiano.
“Estoy quemado/a”, “sufro ataques de pánico”, “tengo insomnio” y tantas otras expresiones se oyen cada vez con mayor frecuencia y suelen estar vinculadas con el ritmo de vida que lleva la sociedad de hoy. Incluso, en no pocos casos, la pandemia y el encierro sufridos en los últimos dos años han detonado patologías que actualmente afloran en personas de todas las edades. Las pérdidas humanas, el miedo, la incertidumbre han dañado (y dañan) a millones de seres humanos en el mundo.
Es una realidad que ha puesto sobre la mesa la necesidad de tomar conciencia sobre la salud mental. De hecho, el pasado 10 de octubre, fecha en la que se realizan campañas de concientización sobre este tema a nivel mundial, los medios y las redes sociales, fundamentalmente, han colaborado para quitar el velo a una problemática que es urgente atender.
Consideramos que hablar y escribir sobre la importancia de la salud mental ya es un paso que puede ayudar a sanar, aunque sabemos que es imposible abordar completamente esta cuestión en tan pocas páginas. Intentamos aportar claridad, pero entendemos también que puede generar inquietudes. Bienvenidas estas, si nos permiten también promover un diálogo con nuestros lectores o de estos con personas cercanas.
Conocer las experiencias de quienes han convivido con familiares sufrientes conmueve y también nos puede servir para reconocer signos de alarma, en nosotros mismos y en quienes queremos. Descubrir lo que sucede detrás de un deportista, en estos tiempos mundialistas en donde las expectativas depositadas en los “ídolos” nos hacen olvidar que son personas que sienten, se emocionan, sufren y gozan, puede colaborar para disminuir las presiones que transmitimos a quienes simplemente se destacan por un determinado talento. Sea en un nivel súper profesional como en los deportes amateur. No importan la edad, el sexo, las creencias o la clase social. Todos tenemos y todos “somos” una historia, particular y única, que incide en nuestro presente. Ayudémonos y acompañémonos para encontrar las herramientas que nos permitan vivir una vida sana e ir construyendo día a día un mejor futuro personal y comunitario.
Muchas gracias Ciudad Nueva por el tema elegido para hablar, reflexionar e iluminar…tan necesario en estos tiempos La salud mental es responsabilidad de todos Cariños