Mente, corazón y manos – Desde hace ya cuatro años, la Mariápolis Lía y la Universidad Nacional del Noroeste de Buenos Aires (UNNOBA) establecieron un convenio de estudios, para que los jóvenes que viven en la Ciudadela cursen un Programa de Extensión Universitaria y Formación al Trabajo.

Por Honorio Rey (Argentina)

«La educación es un acto de esperanza”, sintetizó el Dr. Guillermo Tamarit, rector de la Universidad Nacional del Noroeste de Buenos Aires (UNNOBA), en su visita a la promoción 2023 de la Escuela de Jóvenes en la Mariápolis Lía. Se estaba dirigiendo al cuarto grupo de egresados que recibirán la acreditación certificada por esa Alta Casa de Estudios al finalizar allí su experiencia anual. “A la universidad no sólo se va a tener una profesión sino una educación para la vida, para construir futuro”, concluyó, aludiendo a la modalidad mente, corazón y manos, propia de esta formación integral, acordada con CLADES y Mariápolis en el Programa de Extensión Universitaria y Formación al Trabajo que se cursa en la Ciudadela.

Si hay algo que caracteriza este proceso educativo es que se trata de una “experiencia” vital, surgida hace ya 50 años, cuando se afincaron los primeros jóvenes idealistas en las vecindades de la localidad de O’Higgins, para constituir una semilla de sociedad fraterna, abierta, solidaria, inspirada en los valores del Evangelio. En el largo proceso en el que fue tomando forma la Ciudadela, se consolidó una original Escuela que convoca a jóvenes de todo el mundo a una experiencia formativa en la cultura de la Unidad. Es así como cada año se integran en las distintas actividades, propias de la Ciudadela (trabajo, estudio, actividades culturales y recreativas, deporte e intereses particulares), enfocadas como aspectos de una misma formación integral. Tanto es así que el concepto de alumno coincide con el de ciudadano, por lo que todos se asumen como constructores de la ciudad. En el trayecto, un equipo de expertos y profesores los acompañan en las distintas disciplinas y dimensiones (teológica, eclesial, psico-afectiva, filosófica, antropológica), todas ellas encuadradas en la cultura de la Unidad. El objetivo, encontrar el sentido de la vida y hacer elecciones libres y coherentes que favorezcan una transformación personal y social.

Un valor agregado es, sin duda, la convivencia cotidiana en pequeños grupos y la interacción constante con la población “mariapolita” de distintas generaciones, estados de vida, profesiones y nacionalidades que les ofrece naturalmente un abanico constante de posibilidades. Una breve muestra de ello se puso en evidencia cuando algunos de la actual promoción 2023 relataron momentos de su experiencia que los enriquecieron personalmente. Ana, italiana, la apertura mental a la que la había llevado la convivencia con jóvenes de otras culturas. Darío, argentino, la riqueza de relaciones que fue descubriendo y valorando en el trabajo en equipo. Camila, colombiana, la oportunidad que tuvo de entablar el diálogo con personas de otras creencias, musulmanes, judíos. En todos, de una u otra manera, el acento puesto en el proceso de reconocer la propia identidad, abrirse a los otros y plantearse un proyecto de vida orientado a la fraternidad. Sugestivo, también, que el lema elegido entre todos para celebrar su Fiesta de los jóvenes, al inicio de la primavera, ofreciendo la experiencia de este año, 2023, haya sido “Nuestras raíces para una nueva historia”. Canción-lema que espontáneamente entonaron con entusiasmo junto al rector de la UNNOBA, el director de Extensión Universitaria y el equipo de CLADES, y un nutrido grupo de ciudadanos de Mariápolis, como conclusión del encuentro •

Construir futuro
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