Las raíces de la interculturalidad

Atractivos de un carisma

Por Sonia Vargas Andrade (Bolivia)

La interculturalidad en Lubich tiene sus raíces en la comprensión de Dios Uno y Trino, un Dios que en su perfecta unidad contiene la perfecta distinción y la perfecta diversidad. La comprensión de esta profundidad tiene su fundamento en su mirada mística sobre la cultura de un pueblo que manifiesta su identidad en sus danzas. Ella “mira” un sol que ilumina todo, “como si todos fuéramos una sola cosa”. Similar mirada la tuvo cuando llegó a Tonadico en 1949. Escribe en su texto llamado Paradiso 49: “(§ 16b) Tenía la impresión de percibir, quizás por una gracia especial de Dios, la presencia de Dios bajo las cosas. Por lo cual, si los pinos eran dorados por el sol, si los arroyos caían en sus cascaditas reluciendo, si las margaritas y las otras flores y el cielo estaban de fiesta por el verano, más fuerte era la visión de un sol que estaba bajo todo lo creado. Veía, en cierto modo, creo, a Dios que sostiene, que mantiene las cosas”. Por todo ello, la interculturalidad se da al reconocer la diversidad cultural como un don que distingue y que une a la vez, la verdadera diversidad es aquella que conduce a la unidad. Así lo explica Chiara en una entrevista:

-Zavoli: ¿Puede decirme por qué su diálogo interreligioso empezó con los animistas, seguido después con los budistas?

-Chiara: Fue la providencia quien nos llevó a África, a un pueblo que estaba muriendo, extinguiéndose, porque tenía una mortalidad infantil que estaba sobre el 90%. Un obispo nos invitó, fuimos, yo también fui, de esto hace 30 años. Vino su rey, se llama el Fon, junto a todas las mujeres que tenía para hacer danzas en agradecimiento de lo que nosotros estábamos haciendo, porque hicimos un hospital, luego un colegio, etc. Recuerdo que frente a la planicie donde estaban todos los que danzaban, había un sol que iluminaba todo; recuerdo que tuve como una impresión, algo así… como si todos fuéramos una sola cosa, que Dios nos abrazaba a todos. No la había tenido antes, Jesús murió realmente por todos. Allí comenzó… en fin a entender que también ellos “interesan” a Dios, aunque fueran animistas. Y allí comprendí que nosotros también estábamos hechos para las otras religiones.  Después, la segunda vez fue en Londres donde tuve que pronunciar un discurso en el Guild Hall, y allí estaban presentes de muchas religiones. Sobresalía el vestido naranja de los budistas, también el turbante de los sikhs y todos los demás. Y al terminar de hablar de mi experiencia, no de la teología… de la teoría, sino de mi experiencia, la experiencia del Movimiento, al final los primeros que se acercaron a saludarme todos felices fueron los de las otras religiones. También ahí fue fuerte para mí: mira que también estas hecha para las otras religiones. Y hemos descubierto que hay algo en todas las Escrituras, casi todas las Escrituras, la llamada “regla de oro” que dice: “no hacer a los otros lo que no querrías te fuera hecho a ti.” Por lo tanto, respeta a los otros, ama a los otros. Entonces nosotros la ponemos de relieve cuando nos encontramos con ellos y decimos: “¿Ves? También en tu escritura dice que hay que amar y por lo tanto lo dice la nuestra y la vuestra, amémonos”, y así nace un poco la fraternidad universal…[1].


[1]. Lubich C., Presentación del libro de Chiara Lubich “La doctrina espiritual”, Sergio Zavoli dialoga con la autora, Roma (Teatro Quirino), 3.12.2001.

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Un comentario en «Las raíces de la interculturalidad»

  1. Realmente leer los articulos de la revista Ciudad Nueva….y este que ya hubo hace tiempo una nota en dos carillas ….con el Milagro del pueblo que tenia 90 % de mortalidad….y EL IDEAL DEL AMOR logro transformar en varios años con esfuerzo y trabajo la muerte en VIDA DIGNA …..la FE y ESPERANZA verdaderas …
    Cuando la DIVERSIDAD conduce a la UNIDAD, que sabiduria transmite y que fuerza para contagiarnos
    a vivir el MOMENTO PRESENTE …con la REGLA DE ORO….para todas las edades.
    Que claridad y testimonio de lo que se comparte se multiplica……

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