De la vida cotidiana
Recogidos por la Redacción
No he descartado, en mi trabajo como psicopedagoga, los aportes de la Logoterapia de Víctor Frankl, pues su experiencia me ayuda a entender más el alma humana y sus sufrimientos, dado que plantea la búsqueda de sentido cuando el dolor golpea fuerte. ¿Y a quién no, incluso varias veces? Entre las técnicas que aplica, me llamó siempre la atención la “intención paradójica”. Se trata de estar dispuesto a enfrentar aquello que más cuesta, que resulta hasta impensable salir a su encuentro.
Hace poco vinieron a saludarnos nuestro hijo Ignacio y su novia Sofía. Ella me traía de regalo un bello ramo de flores, tan delicado como su alma. Cuando me lo entregó, me dijo: “Feliz Pascua, y que traiga vida y alegría”. Sus palabras fueron necesarias por todo este tiempo difícil a causa del dengue). Buscamos un florero para ubicar el ramo y, como siempre, una imagen de la Virgen. Recordé que tenía de visita en casa la imagen de la “Virgen en salida”. Varias veces la interrogué, durante este período que estuve enferma y encerrada, acerca del sentido de su visita en mi casa. Salir era lo que menos podía hacer. Hasta lo tuve prohibido. “Te equivocaste esta vez, elegiste mal la casa”, le dije varias veces enojada. Pero ahora la fui a buscar, casi que la tomé de la mano y le regalé a ella las flores. Y aproveché para contarle a Sofía sobre la meditación de Chiara Lubich respecto a la Piedad, meditación que me conmovió mucho. Y entonces… comprendí por qué yo había estado encerrada. Viví sin saberlo. Comprendí la “intención paradójica” de la que habla Frankl: para entender lo que significa estar en salida, fue necesario probar y abrazar el encierro. La salida de Ella me invita a salir con Jesús, a animarme a llevarlo entre mis brazos; no es salida de escapada, de huida, sino que es salida con Él, junto a Ella, siempre junto a Ella, que sabe bien a dónde quiere llevarnos Jesús, el Resucitado que da sentido a nuestros pasos •
Teresa Sosa