El último lobo y Al norte la montaña, al sur el lago, al oeste el camino, al este el río.

Libro

Por José María Poirier (Argentina)

Laszlo Krasznahorkai

Buenos Aires, 2024, Sigilo Editorial

Buenos Aires, 2025, Sigilo Editorial

El premio Nobel de literatura de este año lo recibió el húngaro Laszlo Krasznahorkai. Él mismo observa sin preocupación alguna que su nombre conoce los más erráticos modos de pronunciación en los distintos países. Ya su lengua, que no se reconoce entre las de la familia del indoeuropeo, siempre ofrece dificultades para quien no pertenece a ese país, el mismo del recordado Sandor Marai, autor de El último encuentro. Laszlo es un escritor poco conocido por el gran público, pero ahora con el premio su obra comienza a interesar y sorprender a nuevos lectores.

Aquí reseñamos dos pequeñas obras. La primera, de tono realista, presenta a un intelectual alemán (alter ego del autor, que vivió largos años en Berlín para alejarse de la política de su patria) que conversa con un mozo húngaro (la contraparte del autor) en un bar que el alemán frecuenta a diario. Allí le cuenta a su interlocutor de la insólita invitación que recibió para ir a Extremadura, en España, para escribir algo sobre la región. El protagonista (cuyo nombre nunca se menciona) no sabe nada de esa comunidad ibérica, acaso la más pobre y relegada, de donde provenían muchos de los conquistadores españoles que vinieron a América, entre ellos Pizarro y Cortés. El personaje en cuestión, convencido de que se trata de un equívoco, quiere explicar la confusión. Pero los euros prometidos y la insistencia de quienes lo invitan lo convencen a partir para España. Querrían las autoridades locales que escribiera algo sobre los atractivos turísticos y culturales de la zona. Entre dudas y con ganas de explicar en algún momento el malentendido, comienzan a pasar las horas y después los días y el alemán sigue deambulando por las dehesas de Badajoz sin que se le ocurra ninguna idea. Finalmente lo atrae la historia que da título a este pequeño libro. Dicen que un campesino en los años cincuenta del siglo pasado (época de Franco) dio muerte al último lobo que atacaba los ganados. No todo termina allí, porque van apareciendo varias versiones sobre las últimas fieras.

Fiel a su estilo, Laszlo escribe con frases largas, pocos puntos y sin atender mucho al presunto interés de sus lectores. Hace gala de un humorismo pesimista y descreído, pero siempre respetuoso.

La otra obra, que reúne en su título los cuatro puntos cardinales, constituye una aproximación sutil y delicada al espíritu budista en un Japón por momentos atemporal y por otros actual. Se trata de un país por el que siente gran atracción. El nieto de un príncipe legendario sale en busca del más bello jardín del que se tienen vagas referencias literarias. El viaje es una suerte de peregrinación con sabor a ascesis. Recorre parajes cercanos a un antiguo monasterio budista en las afueras de Kioto, admira los añosos árboles, refiere datos sobre las construcciones y el paisaje, asciende la montaña, sufre la soledad y las penurias de la travesía, pero no sabe dónde más buscar el milagroso jardín, diminuto, triangular, sencillo, inimitable  e irrepetible. Es admirable cómo refiere los vientos o se entretiene con la filosofía y las ciencias matemáticas. En realidad, el autor está situado entre un Occidente que lo defrauda y un Oriente que lo atrae en sus secretos y enigmas. Momentos particularmente penetrantes son los del perro herido o la estación ferroviaria donde llegan trenes sin pasajeros.

La obra del húngaro es admirada por grandes escritores y críticos literarios, y, en su morosidad, le depara al lector verdaderas sorpresas y agudas observaciones.

El último lobo y Al norte la montaña, al sur el lago, al oeste el camino, al este el río.
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