Acción, encuentro y comunidad

El pasado 31 de octubre se realizó en la Mariápolis Lía (O´Higgins) la 10° edición de la EcoFeria, con un toque muy especial que marcó la esencia de esta jornada: la apertura hacia distintas instituciones y hacia el ámbito educativo del ciclo secundario, con la participación de escuelas de la región noroeste de la provincia de Buenos Aires. 

Por Joaquín Emmanuel Leguizamón y María Victoria Moreno Brizuela (Argentina)

La EcoFeria nació en 2016 como una iniciativa en la Mariápolis para promover el cuidado de la Casa Común. Este espacio de encuentro y aprendizaje busca generar conciencia sobre el impacto de nuestras acciones cotidianas en el planeta y trabajar para la sostenibilidad. Esos nueve años de recorrido ecológico apuntaron a una concientización acerca de la Educación Ambiental Integral Solidaria, con un enfoque en la solidaridad, que busca formar personas conscientes del cuidado del ambiente, comprometidas en el cuidado y bienestar común.

La jornada inició con la llegada de los estudiantes en distintos horarios, pero todos ya preparados para armar los stands y mostrar a la gente sus distintos proyectos, en los que trabajaron con mucho esfuerzo y dedicación durante mucho tiempo. Los mismos reflejaban su compromiso, creatividad, conciencia y entusiasmo para que el mensaje llegara con claridad y emoción a los demás. Desde huertas ecológicas, hasta el reciclado y la reutilización de residuos electrónicos, cada uno de estos mostraba claramente la idea central de la EcoFeria: “El cuidado de la Casa Común”.

Cronograma y talleres

En una primera instancia un equipo de jóvenes residentes de la Mariápolis Lía, integrantes de la Escuela de Jóvenes 2025 (EDJ), guiaron una recorrida de la ciudadela para los estudiantes, mostrando sus puntos ecológicos y su estilo de vida en base a la combinación del ideal de la Unidad y el cuidado del ambiente.

Luego se realizó la apertura de la EcoFeria con tres principales presentadores: Ana Lucia Castro Seltzer, Claudio Zincarini y María Alejandra Herrero. Ellos contaron qué es y cómo nació este proyecto, su transcurso a lo largo de los años y sus distintos impactos. Posteriormente también se respondió a la pregunta propuesta: ¿Cómo reconocemos a los proyectos en Ecología Integral que se realizan bajo la pedagogía del Aprendizaje y Servicio Solidario? Dejando una idea clara acerca de lo que es el aprendizaje desde lo concreto, es decir, mediante las acciones solidarias, no sólo estudiar o investigar acerca de la ecología sino también de aplicar esos conocimientos para resolver necesidades reales dentro de una comunidad o de nuestro entorno. No se trata solo de trabajar para ella sino con ella.

También se dio lugar y tiempo para la visita a los distintos stands. Allí los estudiantes comentaron acerca de los trabajos realizados durante la preparación para la EcoFeria, además de mostrar juegos dinámicos que tenían preparados, los cuales hacían divertir y entender al público, mostrando un poco más de lo que se trataban sus proyectos. Cada uno de estos stands reflejaba claramente la participación activa en la búsqueda de soluciones a problemáticas reales dentro de su entorno. 

En el espacio que tuvo el nombre de “Tejiendo redes”, los estudiantes y profesores se separaron. El lado de los alumnos se dividió en grupos por distintos colores, dando así la oportunidad de compartir con jóvenes de otras escuelas. En esta dinámica se les entregó a los distintos grupos variados problemas ambientales o situaciones dentro de un entorno determinado, en las cuales los integrantes tenían que poner en común sus conocimientos y creatividad, para así resolver dichos problemas. Posteriormente, chicos de cada grupo pasaron a exponer un poco de lo trabajado y dieron la respuesta concreta a la situación planteada. Esta actividad les dio la oportunidad de mejorar su trabajo en equipo con jóvenes “ajenos” a ellos, conociendo así sus distintos puntos de vista y ampliando más sus ideas y conceptos respecto al cuidado del ambiente.

La 10° edición de la EcoFeria no sólo fue un espacio de exposición y aprendizaje, sino también una invitación a seguir construyendo juntos una cultura del cuidado. A través del compromiso de los estudiantes, docentes y organizadores, se hizo visible que la educación ambiental es mucho más que teoría: es acción, es encuentro y es comunidad. Esta jornada reafirmó que cada proyecto, por pequeño que parezca, puede convertirse en una semilla de cambio hacia un mundo más solidario, sostenible y consciente del valor de nuestra casa común •

Testimonios de los participantes

“Es un ensamble muy interesante, yo estuve del lado de la Mariápolis. Fue muy creativo y también aprendí muchas cosas en toda esta posibilidad de abrir la cabeza hacia el mundo de la educación y darle ese toque a la EcoFeria”. (Claudio Zincarini)

“Siento que mí rol fue el poder compartir a los demás organizadores la esencia, los orígenes y las raíces de cómo surgió la EcoFeria, mantener esa motivación y ese fuego que nos convocó a hacer esto”. (Ana Lucia Saltzer)

“Estuvo muy bueno contar un poco sobre lo que nos especializamos y qué es lo que hacemos, también el interactuar delante de otra gente, algo nuevo para mí”. (Jacqueline Rivarola, proyecto SCRAP, reciclado de basura electrónica)

“Para nosotros es muy importante, no solo nosotros como grupo que trabajamos en SCRAP, sino para que la comunidad de Colón se dé cuenta del trabajo que estamos haciendo, de que tiene sus logros y que todo el esfuerzo que estamos haciendo vale la pena.” (Marcela, proyecto SCRAP)

“Si tienen la oportunidad de hacer una huerta en su casa o reciclar, que lo hagan porque es una ayuda al medio ambiente y cuidamos el futuro”. (Yaisa, proyecto “Tierra sana, cuero sano”) 

La expansión de la EcoFeria

En articulación con la Red Ecoplan CS, la Red EcoOne CS y la Mariápolis Lía, se buscó extender esta propuesta a los jóvenes, dándoles un rol activo en el cuidado del entorno. Más de 250 visitantes –entre docentes, estudiantes, habitantes de la Mariápolis, expertos en ecología y referentes culturales– compartieron una jornada enriquecedora que seguramente dejará huella. También estuvieron presentes funcionarios municipales y educativos de localidades vecinas a la Mariápolis.

La iniciativa se organizó en torno a un Premio Educativo destinado a escuelas que desarrollan proyectos de ecología integral con impacto comunitario.

Numerosas organizaciones apoyaron generosamente esta propuesta: Red EcoOne, Editorial Ciudad Nueva, CLAYSS, Movimiento Humanidad Nueva, Economía de Comunión, MPPU, Instituto Universitario Sophia, CLAdeES, Fundación Cláritas, Secretaría de Extensión de UNNOBA y Asociación Patrimonio Natural Pilar.

A su vez, se contó con el generoso aporte de recursos de dos empresas yerbateras de Misiones y la Fundación Innovamos de Junín para los premios “Distinción 2025” destinados a las experiencias de Educación Ambiental Integral Solidaria.

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