Cuando empezamos a preparar la edición de diciembre de Ciudad Nueva, un tema muy propio de esta época se puso sobre la mesa. Uno que, como tantos otros en estos tiempos, se relaciona con la virtualidad y el mundo digital en el que desde hace ya varios años vivimos sumergidos.
Esa sumersión es la que mueve la línea entre lo real y lo virtual como un péndulo, volviendo difuso el trazo que separa y distingue ambos mundos. Podríamos preguntarnos, entonces, qué aspectos de la vida se ponen en juego con este movimiento fluctuante entre realidades. En esta edición de Ciudad Nueva, nosotros nos preguntamos por la sexualidad. Y, sobre todo, por la de los más chicos: niños, adolescentes y jóvenes, para quienes el concepto de virtualidad es tan inherente a la vida como el concepto mismo de sexualidad.
De ese panorama se desprende la idea del sexting, y del sexting también se desprenden problemáticas como el ciberacoso o el bullying, junto con todo lo que ambas realidades pueden desencadenar. Trabajando sobre este número entendimos que la sexualidad en tiempos digitales implica exploraciones, tiene riesgos y requiere de aprendizajes.
Con el objetivo de ofrecer pautas para orientar, acompañar, aconsejar y advertir, distintos especialistas desarrollan puntos de vista para brindar herramientas sobre cómo afrontar situaciones de esta índole que, probablemente, sean más cotidianamente cercanas de lo que nosotros suponemos.
En un mundo en el que las fronteras entre lo real y lo virtual pueden volverse difusas, el acompañamiento y la educación en estas temáticas son esenciales para que los adolescentes puedan desarrollarse de manera sana y segura. Es nuestra tarea como sociedad ofrecerles las herramientas necesarias para que, frente a los desafíos digitales, puedan tomar decisiones informadas y construir su identidad de manera plena y respetuosa.
Es hoy, es ahora, la oportunidad para seguir creciendo en cercanía con nuestros hijos, sobrinos, nietos. Derribemos los muros muchas veces imperceptibles que pueden separarnos, como adultos, de las realidades que viven nuestros niños, adolescentes y jóvenes. ¿El mundo digital es un ambiente que no manejamos a la perfección? Es posible. Sin embargo, tenemos una herramienta que es invencible: el amor. Es la que nos permite darnos cuenta que cualquier pantalla, cualquier dispositivo, no podrá jamás reemplazar una mirada a los ojos, una escucha profunda, un abrazo acogedor que establece que hay una presencia activa, efectiva y afectiva.
Desde Ciudad Nueva les deseamos una muy Feliz Navidad y que en estas Fiestas nos encuentre cada vez más cerca del corazón de quien tenemos al lado. ¡Felicidades!