Más que jugar – La experiencia de un chico que decidió tirar un videojuego de moda, contrario a sus principios.
Quería comprarme un juego muy conocido, así que fui al negocio y lo compré. Cuando llegué a casa lo instalé y enseguida empecé a jugar. Pero mientras lo probaba, no lograba divertirme. De hecho, me sentía mal (no físicamente) porque había tantas cosas vulgares y feas que mi conciencia se sentía sucia.
Estaba muy confundido, hasta que finalmente decidí desinstalar el juego y tirarlo a la basura. No sé qué me impulsó a hacer esto, pero desde ese momento sentí que me sacaba de encima ese peso que me ensuciaba el corazón.
Sin embargo, había un problema: mi hermano no quería tirar el juego porque, me decía: “gastamos un montón de dinero para nada”, y se enojó conmigo. Yo seguía diciéndole que lo que estaba en peligro era nuestro amor, no el dinero, pero él no parecía entenderme.
Yo no me arrepiento de lo que hice, al contrario, estoy feliz, y también mi hermano: al día siguiente volvimos a entendernos. Sin embargo, todavía teníamos que contárselo a papá: ¿cómo explicárselo? Mamá estaba dispuesta a hacerlo, pero a la mañana siguiente, ni bien desperté, fui a ver a papá, que todavía estaba acostado, y le conté todo.
Para mi sorpresa, me agradeció, porque tuve el coraje de hacerlo personalmente y le expliqué la razón.
*Original en italiano publicado en www.cittanuova.it / Traducido por Lorena Clara Klappenbach.