Definiciones y reflexiones sobre la amistad – El reciente libro publicado por Ciudad Nueva, Dos o más, de Iñaki Guerrero, contiene un capítulo sobre la amistad que permite comprender el significado y valor de este vínculo, construido sobre la base de un tipo de amor desapegado y gratuito.
Por la redacción
Definiciones sobre la amistad podemos encontrar en todas partes. Con una simple búsqueda en Google nuestra pantalla se llenará de frases muy significativas (y muy superficiales también) sobre un valor que es infinitamente superior a una sencilla definición. De hecho, ya en la Antigüedad y en la Edad Media la amistad era considerada “el tipo de relación más hermosa, la más bella que pueda darse entre las personas. El mismo Cicerón, en un bellísimo escrito titulado De amicitia, afirma que la amistad “es el mayor regalo que los dioses han podido hacer a los seres humanos”. Las comillas pertenecen al párrafo inicial del capítulo sobre la amistad del libro Dos o más, escrito por el psicólogo español Iñaki Guerrero y editado por Ciudad Nueva, que da muestras de que la philia, que se traduce como amor entre amigos, es un tipo de amor que ha atravesado desde siempre a la humanidad.
“Hay un punto que es fundamental y es al que todos en alguna forma aspiran: a una relación de amistad verdadera –explica Guerrero durante la presentación del libro, que se puede ver por YouTube–.” “Es muy fuerte en todos los ambientes, en todas las culturas, con las formas en las que se manifiesten. Pero me llamó mucho la atención en Corea, donde podríamos decir que las relaciones son muy formales y aparentemente frías; sin embargo, la relación de amistad se valora enormemente. Cuando se alcanza una amistad con un coreano es muy auténtica. Y entre ellos la valoran muchísimo. Y he visto que se repite en todas las culturas”.
Las palabras del autor están basadas en su recorrido por los diferentes países en donde vivió durante buen tiempo, y reflejan un hecho indiscutible: la amistad es una experiencia, “es un tipo de relación libremente elegida, mucho más serena y equilibrada, en la que dominan elementos más racionales y que se aleja del sentimentalismo del amor romántico”.
Esas múltiples definiciones sobre la amistad a las cuales se hacía referencia al comienzo del artículo parten de hombres y mujeres que han experimentado en carne propia los beneficios de este tipo de vínculo. De hecho, el propio Guerrero hace un interesante repaso por las referencias sobre la amistad que hacen diferentes personalidades de la historia. Desde el mencionado político y filósofo romano hasta el papa Benedicto XVI, pasando por Simone Weil. Precisamente es ella quien afirma: “La amistad es para mí un bien incomparable, sin medida, una fuente de vida no en un sentido metafórico sino literal”. O san Francisco de Sales: “Es bello poder amar en la tierra como se ama en el cielo, y aprender a quererse en este mundo como lo haremos eternamente en el otro. No hablo aquí de un simple amor de caridad, porque aquel debemos tenerlo por todos los hombres; hablo de la amistad espiritual, en el ámbito de la cual, dos, tres o más personas intercambian la devoción, los afectos espirituales y se hacen realmente un solo espíritu”.
En este intento de ayuda para reflexionar sobre la amistad, hay dos aspectos que remarca Guerrero con los cuales seguramente podrá sentirse identificado quien haya vivido o viva una experiencia profunda en relación con este tipo de vínculo: “El primero es el carácter plenamente humano de este tipo de amor, que conlleva el afecto y al mismo tiempo la gratuidad, el desapego y la no exclusividad. La amistad no es un amor celoso, la amistad está siempre abierta”. Y un segundo aspecto es “la plenitud que genera, la ayuda en el crecimiento personal: sin amigos resulta muy difícil crecer como persona, madurar, realizarse”.
¿Cómo se construye la amistad?
Habrá respuestas a esta pregunta como tantos amigos haya en el mundo. Tratándose de una experiencia vivida y construida, el aporte que cada uno pueda ofrecer en pos de esa amistad será sin dudas único e irrepetible.
No obstante, hay rasgos y características que juegan un papel clave en la generación de estos vínculos. Uno es la proximidad, porque “la cercanía permite conocerse y aprender a apreciar lo positivo del otro”, siempre y cuando se compartan “valores, gustos, costumbres y, sobre todo, ideales comunes”.
Por otra parte, esa proximidad no exime de la distancia física que pueda generarse una vez consolidada la amistad. Para ello, Guerrero vuelve a citar a Weil: “La distancia está enteramente impregnada de amistad, porque los que no se aman no soportan estar separados”, aludiendo a que las relaciones apegadas, que ella llama “de necesidad” y no son verdadero amor, sino búsqueda de sí mismo. El autor español subraya: “Quienes no son capaces de estar separados es porque en realidad no aman al otro, sino que se aman a sí mismos en la otra persona”.
De esto se deducen otras características de la amistad, como es la libertad, apoyada en la descripción que hace el padre dominico Joseph-Marie Perrin: “Para todos somos un personaje, una imagen, una expresión; para el amigo somos nosotros mismos”. Y se suman elementos clave para la consolidación de la amistad, como la confianza recíproca, la transparencia, la plena comunión, enmarcadas en una afirmación de san Agustín: “Nosotros podemos llamar amigo a aquel a quien nos atrevemos confiar a todos nuestros sentimientos”.
La amistad, presente en el Evangelio
Llegando al final del capítulo 10 del libro Dos o más, el autor se apoya en las palabra de Jesús para reflexionar sobre lo ilimitado del amor de amistad: “Nadie tiene mayor amor que aquel que da la vida por los amigos” (Jn 15, 13). Y lo explica: “El cristianismo nos enseña que todos somos hijos de un mismo Padre y eso nos hace hermanos, iguales entre nosotros. Pero no está garantizado que entre hermanos siempre haya amor; sin embargo, entre los amigos no puede no existir el amor, porque en ese caso no serían amigos, no sería posible. Por otro lado, el amor entre amigos, al ser más desapegado, es más puro, y por tanto está más cerca del ágape, lo que lo eleva por encima de los amores vinculados con las relaciones familiares, en los que el elemento instintivo desempeña un factor de acercamiento, de obligatoriedad, que no existe en la amistad”.
Las definiciones y referencias a la amistad que podamos seguir encontrando en los innumerables textos que han abordado la temática a lo largo de la historia no hacen más que poner palabras a las sensaciones que cada uno puede experimentar cuando está frente a un amigo. El amor de amistad tiene particularidades que lo distinguen de los otros tipos de amor, sin necesidad de ser mejor o peor. Y tal como sucede con los otros tipos de relaciones interpersonales, la amistad es una experiencia concreta, un vínculo entre dos o más que es fuente de felicidad.