Protocolo Familiar – ¿Qué es y cómo se construye un buen Protocolo Familiar? Hay dos cuestiones que son fundamentales: tiempo y ayuda de un profesional con experiencia.

Por Pablo Loyola* (Argentina)

En alguno de los artículos previos hablamos de la importancia de la profesionalización para conseguir una empresa rentable y una familia unida. Uno de estos instrumentos es el Protocolo Familiar.

En pocas palabras, un Protocolo Familiar es un acuerdo consensuado entre los miembros de una familia empresaria donde se fijan normas y procedimientos que regulan la relación familia-empresa. No existen dos protocolos iguales, como no existen dos familias que lo sean. La construcción de un protocolo es un camino y lo más importante es el proceso.

Lo importante es el camino

¿Por qué digo que el proceso es el aspecto más relevante? Porque permite a la familia empresaria conversar, intercambiar puntos de vista y expectativas sobre los más diversos temas no sólo de la empresa sino también que involucran a la familia. Está demostrado que las empresas familiares usualmente fracasan más por desavenencias vinculares que por problemas económicos o de mercado.

A medida que la familia crece, la incorporación de nuevos actores complejiza la situación y no es lo mismo gestionar una empresa de primera generación que una de tercera.

¿Es fácil redactar un Protocolo Familiar?

Hay dos cuestiones que son fundamentales: tiempo y ayuda de un profesional con experiencia.

Para poder consensuar es imprescindible la existencia de un vínculo, de una relación construida. Y esto no siempre existe. En mi experiencia como consultor, muchas veces he trabajado con familias donde antes de poder comenzar a trabajar en un protocolo, ha sido necesario ayudarlos a fortalecer las relaciones interpersonales para que cuando llegue el momento de conversar temas complejos puedan hacerlo en un clima ameno y de entendimiento mutuo. Los vínculos y la confianza mutua no se compran, sino que se construyen. Y esto lleva tiempo.

Temas complejos

Aun cuando las relaciones son buenas, no siempre es fácil hablar de ciertos temas: ¿cualquiera puede entrar a trabajar en la empresa familiar? ¿Es necesario tener ciertos conocimientos y competencias o basta con ser pariente? ¿Qué sueldo cobrará? Las preguntas podrían seguir.

La presencia de un profesional con experiencia en este tipo de situaciones permite una voz objetiva en conversaciones que tendrán un gran componente de subjetividad. Este profesional debe ser una persona que respete la intimidad de la familia y sus particularidades, por lo que no podría llegar a la empresa con el protocolo ya escrito, ni comprometerse a escribirlo por ella. Su tarea esencial será lograr que la familia empresaria pueda llegar a consensos graduales en diferentes temáticas, de acuerdo a las prioridades que se fijen. También ayudará a que esos espacios de conversación sean amenos, concretos y que afiancen los vínculos personales.

Una familia empresaria que comienza este camino, dándose el tiempo para que los diferentes aspectos vayan madurando, es una familia que tiene el futuro asegurado •

*El autor es contador, consultor de la empresa familiar certificado (CEFC) y Director de la Sede Regional Córdoba del Instituto Argentino de la Empresa Familiar. Escribió Vientos de cambio¿De tal palo tal astilla? y Tatuaje en el alma, libros publicados por Ciudad Nueva.

Para seguir al autor: www.novarum.com.ar e Instagram @novarumcba

Generador de armonía en la familia empresaria
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