Editorial

La Inteligencia Artificial (IA) es una tecnología que está transformando la manera en que interactuamos con el mundo. Desde el aprendizaje automático hasta los robots y asistentes virtuales, la IA está cambiando la manera en que trabajamos, aprendemos y nos relacionamos. Sin embargo, con esta revolución tecnológica también surgen preocupaciones sobre cómo se utilizará la IA y cómo afectará a nuestra sociedad y a nuestras relaciones humanas.

Es importante destacar que la IA es una herramienta y no un fin en sí mismo. En manos responsables, la IA puede ser utilizada para mejorar nuestras vidas y fortalecer nuestros vínculos humanos. Por ejemplo, la IA puede ayudar a las personas mayores o discapacitadas a vivir de manera independiente al proporcionarles asistentes virtuales para realizar tareas cotidianas. También puede mejorar la atención médica al permitir diagnósticos más precisos y personalizados, así como optimizar la producción y distribución de medicamentos.

Sin embargo, para que la IA sea utilizada de manera responsable, es esencial que se desarrolle y se implemente con una consideración cuidadosa de sus implicaciones éticas y sociales. Los desarrolladores de IA deben tener en cuenta cómo su tecnología afectará a las personas y a las comunidades, y trabajar para mitigar cualquier impacto negativo.

Además, es importante que la IA no reemplace completamente la interacción humana. A pesar de que la IA puede automatizar muchas tareas y procesos, no debe sustituir la necesidad de la comunicación humana y el contacto personal. Las relaciones humanas son fundamentales para nuestra felicidad y bienestar, y la IA no debe ser utilizada para reemplazarlas o reducirlas.

En lugar de eso, la IA puede ser utilizada para fortalecer nuestras relaciones humanas al mejorar la eficiencia y la eficacia de las comunicaciones y las interacciones. Por ejemplo, la IA puede ayudar a traducir idiomas en tiempo real para mejorar la comunicación entre personas de diferentes países y culturas. También puede optimizar la programación de reuniones y eventos para asegurar que las personas tengan tiempo para conectarse y socializar.

En resumen, la IA es una herramienta poderosa que puede contribuir a nuestras vidas de muchas maneras. Sin embargo, es esencial que se utilice de manera responsable y ética, y que se tenga en cuenta su impacto en nuestros vínculos humanos. La IA no debe reemplazar completamente la interacción humana, sino que debe ser utilizada para fortalecer nuestras relaciones y mejorar nuestra calidad de vida.

Aclaración

El editorial que acabas de leer fue escrito por la aplicación ChatGPT de OpenAI. Teniendo en cuenta parte del contenido de esta edición se nos ocurrió hacer la prueba de pedirle a esta herramienta un escrito que tuviese en cuenta el uso responsable de la IA y cómo esta puede contribuir a los vínculos humanos.

Conceptualmente nos parece que ha elaborado un texto que coincide en general con las ideas que intentamos pregonar a través de este espacio. No obstante, experimentamos una falta de cercanía y calidez.

En la experiencia humana de escribir hay un arte oculto que implícitamente enriquece el producto. Cada vez que nos ponemos delante de una hoja o pantalla en blanco se activan en nosotros infinidad de procesos mentales y emocionales que la IA jamás podrá reemplazar. Esa experiencia única, que refiere a individuos originales con el deseo de transmitir un mensaje a un determinado público, hace que cada editorial sea irrepetible. Hay una carga vivencial detrás que solo el autor podrá disfrutar y valorar, dimensionando el poder de las palabras sobre quien luego las leerá. Incluso hay un aspecto en torno a la sensibilidad de las palabras que la IA puede pasar por alto (ejemplo: hoy se habla de persona en situación de discapacidad y no de discapacitada).

Queda abierta la comunicación con cada uno de ustedes para saber qué sensaciones tuvieron durante la lectura de este editorial “artificial”. Para nosotros no hay nada más importante que ponernos a pensar y sentir mes a mes aquello que queremos transmitir desde el corazón de la redacción.

La Inteligencia Artificial y su potencial para fortalecer los lazos humanos
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8 comentarios en «La Inteligencia Artificial y su potencial para fortalecer los lazos humanos»

  1. Me gustaría que el equipo de CNva con los aportes de las personas que opinaron sobre el experimento, elaborara un nuevo artículo sobre IA, que responda a los cuestionamientos presentados, y al sentido que pudiera tener esta herramienta para la construcción de un mundo unido. Despojándose del estilo marketinero y auto referencial que presenta el artículo/editorial elaborado por un «robot» que se justifica y hace propaganda a sí mismo.
    saludos, Graciela

  2. ¡Que interesante experimento! Pero el análisis posterior se queda en los «defectos» y no en las falsedades: coincido con Pablo Troncoso, nunca logrará un buen diagnóstico, porque para ello hace falta «empatía» que es una capacidad del alma. Además, los ancianos necesitan ser y sentirse queridos, hay un plus que el asistente terapéutico puede dar que no puede sustituir ninguna máquina. En cuanto a las traducciones, siguen siendo malas (es mi experiencia). Pero lo principal es otra cosa que no se analiza: la «neutralidad tecnológica » es parte de la ideología del positivismo. Fuera de esta ideología, toda tecnología tiene un sentido, San Juan Pablo II nos recordaba que todas las cosas tienen una «teleologia», es decir fueron son hechas con una finalidad. La IA es producto de la inteligencia y del trabajo humanos; hay mil maneras de innovar, la «manera» que se nos presenta fue elegida por alguien, no es un regalo que baja del Cielo; y dado las virtudes que se autoatribuye, parece que el objetivo es ahorrar costos en la salud y en la atención de ancianos; y en segunda instancia «liberarnos» de la tarea de pensar, una liberación engañosa que recurre a nuestra pereza. Inteligencia no es la habilidad de razonar, es la capacidad de «darse cuenta», un algoritmo (o un conjunto de ellos) puede aprender en términos bayesianos (puede agregar información que antes no tenía) pero no puede descubrir el oxígeno, las bacterias, la Gravedad, etc etc, ni tampoco el valor de otra persona. Pero para llegar a esto es necesario que hagamos el ejercicio de pensar, hacer y sentir, si nos dedicamos a solo consumir y dusfrutar porque la IA hace todo lo demás, seremos títeres casi-insensibles y no-pensantes en las manos de quienes diseñaron la IA (que no son máquinas) cordialmente, Julio Ruiz

  3. ¡Que interesante experimento! Pero el análisis posterior se queda en los «defectos» y no en las falsedades: coincido con Pablo Troncoso, nunca logrará un buen diagnóstico, porque para ello hace falta «empatía» que es una capacidad del alma. Además, los ancianos necesitan ser y sentirse queridos, hay un plus que el asistente terapéutico puede dar que no puede sustituir ninguna máquina. En cuanto a las traducciones, siguen siendo malas (es mi experiencia). Pero lo principal es otra cosa que no se analiza: la «neutralidad tecnológica » es parte de la ideología del positivismo. Fuera de esta ideología, toda tecnología tiene un sentido, San Juan Pablo II nos recordaba que todas las cosas tienen una «teleologia», es decir fueron son hechas con una finalidad. La IA es producto de la inteligencia y del trabajo humanos; hay mil maneras de innovar, la «manera» que se nos presenta fue elegida por alguien, no es un regalo que baja del Cielo; y dado las virtudes que se autoatribuye, parece que el objetivo es ahorrar costos en la salud y en la atención de ancianos; y en segunda instancia «liberarnos» de la tarea de pensar, una liberación engañosa que recurre a nuestra pereza. Inteligencia no es la habilidad de razonar, es la capacidad de «darse cuenta», un algoritmo (o un conjunto de ellos) puede aprender en términos bayesianos (puede agregar información que antes no tenía) pero no puede descubrir el oxígeno, las bacterias, la Gravedad, etc etc, ni tampoco el valor de otra persona. Pero para llegar a esto es necesario que hagamos el ejercicio de pensar, hacer y sentir, si nos dedicamos a solo consumir y dusfrutar porque la IA hace todo lo demás, seremos títeres casi-insensibles y no-pensantes en las manos de quienes diseñaron la IA (que no son máquinas) cordialmente, Julio Ruiz

  4. Lo de la ayuda a la medicina y medicamentos, es mentira. Soy docente universitario de medicina en la UNCo, e hicimos un ejercicio con los alumnos de charlar con la IA y vimos que no sabe lo que debe saber, que hace diagnósticos con pocos datos, y con una real tendencia matemática, y que nunca dice que «no sabe», sino, cuando la interpelás en lo que dice en relación a lo que dijo (contradicción), abre un nuevo diálogo escapándose de la pregunta hecha. Es cierto que es fría, y que se basa en revisiones de cosas que hay en la nube para responder. Puede ser que ayude a alguien, pero como dato de información, es muy poco gerarquizable. No cabe duda que la riqueza es expresión de pensamientos y sentimientos, y formas de decir las cosas. Propia del ser humano, que piensa, siente y actúa. Y si la producción es entre más de dos, mejor. Cosa que la IA no cumple.

  5. Pienso que jamás la inteligencia artificial podrá discernir como sopla en mí el Espíritu Santo,dado que el se comunica conmigo en forma personal o comunitaria,pero si con la inteligencia Divina podemos utilizarla

  6. Muchas gracias, interesante que hayan puesto en práctica la aplicacion chatgpt y ver el redultado, cuando leia le daltaba calidez humana, ese plus creativo que cada uno puede aportar al escribir algo. Gracias por tratar este tema, sería importante que se empiece a leguslar sobre su uso según los valores de nuestra sociedad

  7. Excelente la experiencia! A medida que avanzaba en el texto sentía cierta «falta de compromiso» con el mensaje y algunas reiteraciones innecesarias. Y me resultaba muy raro, porque Ciudad Nueva tiene a sus lectores acostumbrados a Editoriales que despiertan reflexión, apelan a la cercanía y al diálogo. Cuando leí que el Editorial había sido desarrollado por ChatGPT fue un alivio jaja, gracias, me generó inquietud el tema y ganas de profundizar.

    1. La historia muestra que en general las adquisiciones tecnológicas que se desarrollan son inevitablemente implementadas; pero no necesariamente hablan de un mayor bien. De hecho podemos ver que todo lo que ha sido desarrollado en el tiempo a aportado avances pero también herramientas para la dominación y el sometimiento. Creo que el aspecto fundamental es estar atentos a esto último; las limitaciones humanas a la aplicación de estos desarrollos. Estuve adentrándosme en un estudio del reemplazo de las caricias humanas por otras administradas por robots, y el intento de perfecionarlas sin advertir que el destello del alma y su activación sobre las hormonas no puede ser emulado. El zombi no puede reemplazar la creación divina.

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