Aprendamos juntos a ser padres e hijos – Los cambios físicos y corporales que experimentan los chicos en la adolescencia les generan una variedad de reacciones y expresiones frente a un cuerpo que los sorprende. Para todo adolescente lo que importa no es cómo es realmente, sino cómo se percibe a sí mismo. ¿Cómo podemos acompañarlos?

Por Ezio Aceti (Italia)

Iniciamos con este primer artículo el fascinante viaje al mundo de nuestros hijos adolescentes, conscientes de que esta época es hija de su tiempo y que las perturbaciones y cambios que se producen son en parte similares y en parte diferentes en las distintas épocas. En este artículo intentaremos describir los cambios físicos con especial atención en las experiencias en niñas y niños. Al final del artículo se proporcionará una serie de indicaciones dirigidas a los padres para facilitar el dominio corporal en los niños, con el fin de estructurar una relación pacífica con los cambios en marcha.

El tamaño físico del cuerpo

De los 10 a los 18 años el cuerpo sufre cambios. Estos cambios se deben a la producción de hormonas sexuales y hormonas de crecimiento. Las reglas que determinan estos cambios están establecidas por la naturaleza, y son tres: 1) En las niñas estos cambios suelen producirse antes; 2) Estos cambios no se producen todos en el mismo periodo (hay niños de 14 años que todavía son pequeños y frágiles y viceversa, otros que ya son muy altos y robustos); 3) Cada adolescente tiene su propia tasa de crecimiento.

Los niños muchas veces no conocen las reglas del desarrollo y esto puede provocarles preocupación y comparaciones constantes. Pero preguntémonos: ¿cuáles son estos cambios?

Cambio de peso

Hay falta de armonía corporal y, a menudo, un exceso de peso temporal. Este cambio preocupa más a las niñas. Recuerdo una experiencia que tuve cuando era subdirector de una gran escuela en Milán (Italia). Un día, una chica de 15 años me dijo: “Ya ves… muchas veces hago cosas que no quiero hacer porque si no los demás no me miran”. Intenté entender qué problemas tenía, por qué no era sincera en su comportamiento. Garantizo que era una chica bonita y nada obesa. Después de un tiempo entendí: ella no era sincera en su comportamiento porque se creía gorda, se veía gorda ante sus ojos y pensaba que no era aceptada por los demás.

Esta experiencia nos hace comprender cómo vive el adolescente. Puede haber muchos niños y niñas inteligentes, con talento, pero por el simple hecho de tener una “autoimagen” negativa no rinden, están tristes y desmotivados. Por el contrario, otras personas con una “autoimagen” positiva rinden mucho más y están más motivadas. Los cambios físicos y corporales a su edad inducen una autoimagen. Para todo adolescente lo que importa no es cómo es realmente, sino cómo se percibe a sí mismo.

Cambio de altura

La altura preocupa más a los hombres. Pero hay una diferencia entre hombres y mujeres en cuanto a la forma en que experimentan sus problemas. Los niños aparentemente parecen más superficiales y libres de problemas, mientras que las niñas son más analíticas. Si te detienes a escuchar los discursos de ellas te darás cuenta de cómo a menudo hablan entre ellas sobre sus problemas y su mundo interior… pero con los chicos esto no sucede.

Cambios en la esfera sexual

1) En las niñas: la primera menstruación representa una transición importante entre el mundo infantil y el mundo adulto. Aunque para algunas niñas sea una experiencia molesta, en sí misma es positiva, ya que el cuerpo recuerda continuamente que se está produciendo esta transición de la niñez a la adultez. Otros cambios son: cierta redondez del rostro, crecimiento de vello en la zona axilar y genital, desarrollo de los senos.

2) En los niños: la primera eyaculación suele ocurrir alrededor de los 13/14 años y suele ser nocturna. Esta experiencia no tiene el mismo significado psicológico que la menstruación porque no es cíclica ni espontánea. Otros cambios son: el crecimiento del bigote, el desarrollo del pecho y los músculos, el cambio en el tono de la voz, el desarrollo del vello en la zona axilar y genital. 

Los niños y niñas están muy apegados al juicio de los demás y, precisamente porque aún no son dueños de su cuerpo, experimentan todos esos pequeños y grandes miedos debido a este cuerpo que se transforma. Suele pasar que una chica se mira al espejo y dice: “Hoy estoy realmente guapa, bonita”, y al día siguiente, la misma chica dice: “Hoy me doy asco, mira que fea estoy”. De hecho, el cuerpo representa la tarjeta de identidad física y es muy importante tratar de mantenerlo positivo. No existen cuidados perfectos, pero están cambiando y los padres deben ser los primeros en apoyar a sus hijos en su camino de desarrollo •

Actitudes educativas de los padres

• Ante cambios físicos bruscos, el adolescente siente una tensión en su interior que se manifiesta en una excesiva dramatización y diversos cambios de humor. Para facilitar una relación con el cuerpo cambiante, los padres deben:

• Evitar dramatizar los juicios que el niño expresa sobre su propio cuerpo y el de los demás.

• Evitar trivializar las imperfecciones y críticas que plantea el niño.

• Informar al niño, en un lenguaje sencillo y sereno, sobre los cambios corporales que se están produciendo; esto debe hacerlo, si es posible, el padre del mismo sexo (el padre debe hablar con el hijo varón sobre la eyaculación y el desarrollo físico; la madre con la hija sobre la menstruación y el desarrollo físico femenino)

• Presentar a los hijos el valor del “cuerpo” como un bien precioso que, además de embellecer y cuidar, debe ser respetado.

La llegada de la adolescencia
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