Cine.
Por Juan Pablo Galeano (Paraguay)
(Pig) 2021, EE.UU. Dir.: Michael Sarnoski; Nicolas Cage, Alex Wolff, Adam Arkin.
Rob (interpretado por Nicolas Cage) es un hombre solitario que vive aislado en una pequeña cabaña en los bosques de Oregón, Estados Unidos. Allí subsiste recolectando trufas (con la ayuda de su única compañera, una cerda cazadora) que vende a su cliente Amir, un empresario joven y opulento, interpretado por Alex Wolff. Una noche, unos desconocidos irrumpen en la cabaña de Rob y se llevan por la fuerza al animal, lo que obligará al hombre a buscarlo, tarea que emprenderá junto con la ayuda de Amir.
Aunque la trama es inusual y hasta podría prestarse para ser algo cómica, el guión a cargo de Vanessa Block y Michael Sarnoski (quien además dirige la película) es verdaderamente serio y toca temas complejos como la desigualdad, la hipocresía social, el individualismo, la exclusión, el duelo y la pérdida, todo a través de personajes muy distintos entre sí pero que atraviesan las mismas situaciones.
El protagonista es el más profundo y misterioso a la vez. Al inicio del film se muestra arisco y antipático y es ingrato con su único cliente, Amir. Este último, por su parte, es aparentemente “exitoso” (el éxito es también una de los temas de la película) y se solidariza con Rob ayudándolo en su búsqueda. Tanto el aislamiento de Rob como la ostentosidad de Amir son en realidad muros levantados por ellos mismos para defenderse emocionalmente, y a medida que la película avanza vamos descubriendo más sobre su pasado y otros personajes.
Un punto a destacar es lo que la película hace con el protagonista: mientras que en la mayoría de las historias el personaje principal suele cambiar, evolucionar o aprender, en el caso de Pig esto no sucede. No solo eso, sino que el film expone el porqué de su situación y es capaz de manifestar un punto de vista comprensible y válido.
Aunque todo el reparto hace un buen trabajo, se destaca por mucho la actuación de Nicolas Cage como Rob, nominado a los Premios de la Crítica Cinematográfica. La banda sonora reúne composiciones originales para la película, hechas por Alexis Grapsas y Philip Klein, así como piezas de música clásica. El maquillaje, los vestuarios y la dirección de arte son sutiles pero con resultados muy efectivos.
Incluso dejando de lado el buen trabajo del equipo técnico, la accesible duración de apenas una hora y media, más el interesante guión, la originalidad y las buenas actuaciones ya logran que merezca la pena echarle un vistazo.