Libros

José María Poirier (Argentina)

Ian Kershaw

Buenos Aires, 2022, Crítica

Este libro que apareció recientemente es obra de un prestigioso historiador británico, famoso por su biografía de Adolf  Hitler. Aquí se propone presentarle al lector una serie de figuras que él considera las que fueron capaces de construir la Europa moderna, después de la Segunda Guerra Mundial, y también de las mayores culpables de su perdición antes y después de esa fecha.

El autor es consciente de que toda selección de figuras tiene siempre algo de arbitrario, o al menos de incompleto.

Comienza con el revolucionario Lenin, quien “pese a no haber ocupado el poder más que durante un breve período, dejó un profundo legado tanto en Rusia como en el resto de Europa y del mundo”, porque “la revolución rusa fue un acontecimiento trascendental de la historia del siglo XX”, y el papel de Lenin “determinante”.

Benito Mussolini es considerado como quien “tras de sí dejo un país en ruinas”, porque “había metido a Italia en una guerra que había sido una catástrofe nacional y provocado muerte y destrucción en diferentes regiones de África y los Balcanes”.

En el tercer capítulo escribe: “La segunda guerra mundial y el Holocausto han definido al siglo XX con una intensidad que ningún otro acontecimiento ha podido igualar”. Y remata: “Ambos fueron provocados principalmente por Hitler”, quien causó además “la completa destrucción de la vieja Alemania”.

Cuando Ian Kershaw se ocupa de Konrad Adenauer, uno de los padres de la Europa moderna, junto a Robert Schuman, Jean Monnet y Alcide De Gasperi, señala que además dirigió la reconciliación de Alemania con Francia, entabló relaciones diplomáticas con la unión Soviética y fue amigo de Churchill.

Stalin y Franco no merecen elogios del historiador, pero sí un detallado estudio de sus responsabilidades. 

Charles de Gaulle, tuvo un papel decisivo en la descolonización de Argelia y se comprometió “con la sublime e histórica misión de salvar a Francia”. Winston Churchill y Margaret Thatcher son analizados con toda la competencia y los matices de un inglés. Y a Helmut Kohl se le reconoce el enorme mérito de haber unido las dos Alemanias.

Muy interesante resulta el análisis del capítulo Mijail Gorbachov: “Después de Gorbachov, Europa, y el mundo en general, desde luego han sufrido graves problemas que han provocado gran ansiedad. De todos modos, ante la opción, poca gente, sobre todo la que recuerda cómo era todo antes, preferiría regresar a una época a la que Gorbachov contribuyó más que nadie a poner punto final. En su caso, cabe decir rotundamente que un individuo cambió la historia, y fue para mejor”.

Personalidad y poder: Forjadores y destructores de la Europa moderna
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