Nuevas generaciones – Cada generación es un universo en sí misma y la convivencia entre ellas puede generar grandes frutos. Las habilidades de los más jóvenes en el mundo actual y su perspectiva de “lo que viene” se suma a la mirada de los mayores, amplia y experimentada, propia del camino recorrido.

por Pablo Loyola (Argentina)*

En ocasiones suele plantearse la diferencia generacional como una lucha por quién tiene razón; si las cosas se hacían mejor o peor antes o ahora y otros asuntos por el estilo. Pero pocas veces se plantean las diferencias como algo positivo y valioso, que puede enriquecer a todos y sumar cohesión tanto en la empresa como en la familia. ¿No sería aburrido un mundo donde todos pensáramos igual? 

Cada generación, un mundo

Hay que tener en cuenta que las generaciones más jóvenes nacen en un mundo muy diferente de aquel en que nacieron sus predecesoras y, por lo tanto, es imposible que las habilidades que desarrollen sean las mismas. Si los jóvenes de hoy se comportaran como los jóvenes de antes no serían jóvenes “normales”. Los diferentes aprendizajes que ellos manejan son aquellos adecuados para el hoy del mundo. Por eso a los mayores les cuesta entenderlos o apropiarse de sus diferencias. Sin embargo, deberían estar muy atentos al aporte de los más jóvenes de la familia, ya que nos enseñarán lo que viene.

Por otro lado, una de las mayores riquezas que tienen los adultos es la experiencia. Ese cúmulo de camino recorrido que permite ver un poco más allá de lo que se mira. Las diferentes situaciones vividas regalan una mirada más amplia, que enseña a ver el bosque y no tanto el árbol. Además, si los mayores lograron llegar hasta aquí, algo habrán hecho bien.

Sucesión y continuidad en la empresa familiar

En las empresas familiares el desafío de la sucesión también presenta este condimento: ¿cómo reconocer el momento en que la generación mayor debe dejar paso a la que sigue para que dirija la empresa? No existe una edad determinada para esto, en todo caso habrá señales que indiquen la conveniencia o no de hacerlo. Como siempre digo, cada empresa (y cada familia) es un mundo y no hay dos iguales. Suele ser un poco más complejo cuando el traspaso se da desde la primera a la segunda generación, ya que para el fundador no es fácil dejar en manos de otros la conducción de la empresa, aunque los que tomen las riendas sean sus propios hijos.

Actualmente, las personas viven en promedio más años que antes gracias a los adelantos tecnológicos en el cuidado de la salud. En el pasado, una persona de cincuenta años era considerada casi anciana, mientras que hoy es una persona que prácticamente se encuentra en lo más alto de su vida profesional y personal. Es normal ver en algunas empresas la coexistencia de varias generaciones (¡hasta cuatro!) y se vuelve imprescindible entonces aprovechar todo este bagaje de conocimientos y habilidades que cada una tiene.

Entonces, ¿cuál sería la mejor recomendación? Trabajar juntos para ser creativos y estar atentos a los cambios que el mundo va presentando, con especial atención a esa sabiduría que solo los años te regalan.

Porque innovación más experiencia conforman una dupla invencible •

*El autor es contador, consultor de la empresa familiar certificado (CEFC) y director de la sede regional Córdoba del Instituto Argentino de la Empresa Familiar. Escribió Vientos de cambio y ¿De tal palo tal astilla?, libros publicados por Ciudad Nueva Argentina.

Para seguir al autor: www.novarum.com.ar e Instagram @novarumcba

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