Continuamos con la publicación de los talleres que se desarrollaron en el marco del Congreso de Sostenibilidad Relacional en la sede Latinoamericana de Alta Gracia, Córdoba (Argentina), en conexión con la sede de Castel Gandolfo (Italia) del 18 al 20 de octubre de 2024.
Por Leandro G. Ramirez Brumatti* (Argentina)
Durante el Congreso de Sostenibilidad Relacional, los siete talleres locales fueron sobre distintas temáticas relacionadas con la sostenibilidad: Biodiversidad, Arquitectura y Urbanística, Educación, Basura Cero, Economía de Comunión, Gestión de Políticas Públicas, y Ecoconversión. Todos los talleres tuvieron una misma dinámica: los coordinadores presentaron la temática específica en el contexto de la crisis ambiental actual y se compartieron experiencias locales y/o regionales vinculadas a la Sostenibilidad Relacional. En un segundo momento se trabajó en grupos, donde los participantes se presentaron y trabajaron preguntas orientadoras.
Taller Basura Cero
El taller “Basura Cero (Zero Waste): transformando desafíos en oportunidades sostenibles” estuvo a cargo de Fátima Langbeck (Brasil) y Leandro Ramírez (Argentina). Se invitó a los participantes a repensar la relación con lo que cada uno consume y, particularmente, con el desperdicio que resulta de este consumo, a partir del concepto de innovación y eficiencia promovido por el Instituto Basura Cero. Dicho concepto plantea un cambio en nuestra percepción de la basura, reflexionando acerca de la cantidad de recursos que día a día descartamos, en lugar de aprovecharlos.
La propuesta consiste en eliminar o reducir al mínimo el desperdicio en todas sus formas. Partiendo por mejorar nuestras elecciones de consumo (planificando las compras a realizar, evaluando si existe una necesidad real, evitando las compras impulsivas y promoviendo la elección responsable de productos –por ejemplo, favoreciendo los de producción local y menor embalaje o que dicho embalaje sea de materiales reciclados o de fácil reciclaje–, por mencionar sólo algunos ejemplos) y de esta manera reducir concretamente la cantidad de residuos generados. Sin embargo, aquel porcentaje de residuos que no logramos evitar podría ser reutilizado o revalorizado como materia prima para su reciclaje o recuperación, contribuyendo a fortalecer el ciclo de la economía circular y, a través de una clasificación eficiente, reducir al mínimo la cantidad de materiales que efectivamente descartamos. El destino final de este descarte, en el mejor de los casos, será enterrado en rellenos sanitarios, pero muchos terminarán su ciclo en basurales abiertos o a la deriva, descomponiéndose lentamente con las consecuencias socio-ambientales y a la salud que ello implica. Aquí la importancia de reducir la cantidad de materiales que, al considerarlos “basura”, abandonamos. Un pensamiento que motiva conservar este empeño es que cada material que logramos separar será un elemento menos del relleno sanitario o en los vertederos.
Dentro de las actividades planteadas en el taller, se mencionó como experiencia virtuosa, la incorporación del concepto “Basura Cero” y buenas prácticas del EcoPlan1 en el “Centro Ñande Mariápolis”, de Paraguay2. Contribuyendo primeramente a tomar noción de los residuos que diariamente generaba el Centro, para luego planificar cómo reducirlos efectivamente e incluso promover su revalorización a través de la venta de materiales para su reciclado, produciendo un ingreso extra para el Centro.
Finalmente se mantuvo un diálogo con los participantes del taller en el cual se identificaron distintas maneras en que los ciudadanos, las instituciones y los gobiernos se comprometen, en mayor o menor medida, en adoptar prácticas sostenibles como las mencionadas. No es un camino exento de dificultades: el desinterés general en la temática, la comodidad de llevar un estilo de vida “ingenuo”, la desinformación, la falta de puntos de reciclaje así como de gestión y de políticas públicas pueden resultar aspectos desmotivadores. Sin embargo, a todo ello se contrapone una corriente de conciencia ambiental floreciente. Crece el número de huertas familiares y puntos verdes. La Responsabilidad Social Universitaria y las mesas redondas en los municipios conforman puntos de encuentro, de intercambio de saberes y de conciencia para discernir juntos y plantear acciones en el presente, hacia un futuro más sostenible. Son prácticas que requieren esfuerzo, interés y compromiso, pero que son necesarias si queremos garantizar un futuro en armonía con el planeta.
Parafraseando a la fundadora del movimiento de los Focolares Chiara Lubich, “nada es pequeño si se hace por amor”. En el cuidado de nuestro planeta tampoco hay acciones pequeñas, cada acción tiene valor, tanto las personales como aquellas que nos invitan a trabajar juntos en comunidad •
*Ingeniero en Recursos Naturales y Medio Ambiente, integrante de la Red de EcoOne.
1. EcoPlan ver en www.focolare.org/conosur/news/2022/06/24/focolares-eco-plan/
2. revistaciudadnueva.online/escuchando-el-grito-de-la-tierra/
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