Boomerang Viajes – El viajero que planifica su ruta con la agencia de viajes Boomerang sabe que puede contar con un universo de posibilidades tan escondidas como maravillosas. Conectarse con el lugar de destino, empatizar con la comunidad que lo recibe, andar por otras rutas.
Por Manuel Nacinovich (Argentina)
En Boomerang prefieren el término “viajero” para referirse a sus clientes. No lo ven como un pasajero. Es más que eso. Es alguien que conoce, que empatiza. Alguien que entra en contacto con una realidad desconocida y es consciente de ello. Que se compromete con el lugar que visita tanto como con su propio recorrido.
La idea de ese compromiso del viajero tiene un objetivo detrás. Boomerang Viajes es una agencia que promueve un Turismo Solidario. Es decir, un turismo que genere intercambios auténticos entre las personas. Que funciona como un puente que vincula viajeros con comunidades locales.
El propósito es el siguiente: lograr experiencias auténticas desde una mirada compasiva. Compasiva desde el reconocimiento del otro, desde la valorización de la cultura, del contexto y el territorio donde se encuentra. Existen distintas formas de viajar, y la que propone esta empresa rompe con la forma tradicional de hacer turismo y vacacionar.
Un puente entre culturas
“Es un ocio creativo”, señala Bettina González, directora de la organización, en diálogo con Ciudad Nueva. “Mucha gente relaciona turismo solamente con ocio, y no con ese ocio creativo sino pasivo, de que me tiro en una playa y descanso”, dice. Por eso, la propuesta de Boomerang significa preparar a los pasajeros. Que estudien el lugar al que irán, que se formen. Bettina argumenta: “Cuanto más conozco el lugar que voy a visitar, menos impacto negativamente, porque me cautiva la cultura, empiezo a proyectarme en vivir esa experiencia de esa comunidad”. Es a partir de ahí que se arma el viaje.
Por eso, diagramar un recorrido con Boomerang implica contar con la posibilidad de abrirse a nuevos lugares, trayectos alternativos, a un camino diferente. A un itinerario igual de maravilloso que cualquier itinerario más convencional, pero que cuenta con una profundidad y riqueza particulares. El objetivo de la agencia no es solo vender un traslado o un hotel.
En realidad, Boomerang es un puente entre culturas, idiosincrasias y realidades. El trabajo que realiza desde hace 23 años le ha valido el reconocimiento en el mercado, con una identidad definida que, incluso, se afianzó frente a la adversidad de la pandemia por el Covid-19.
De hecho, con el aislamiento obligatorio que experimentó buena parte del planeta, se le cayeron más de 200 contratos de viaje y estuvieron un año y medio sin viajar. Pero al mismo tiempo fue una oportunidad para descubrir nuevos destinos más alejados de los centros urbanos y menos conglomerados, y promover un turismo de naturaleza.
Autóctono y sostenible
Bettina González tiene muy claro que el turismo es sostenible o no es. “Yo tengo que mirar los recursos y servicios que brinda el destino y que no afecte a la comunidad local”, explica. En efecto, Boomerang siempre contempla una serie de cuestiones al momento de elegir un lugar, un alojamiento o un trayecto.
“Cuando buscamos hoteles, elegimos aquellos que tengan aplicadas políticas de sostenibilidad, energías renovables o tratamientos de efluentes. O que los insumos que usan para preparar una comida sean productos de estación o locales, porque tiene menor recorrido de vehículos y entonces hay una menor emisión de gases de efecto invernadero”, sostiene la directora. Otra de las cosas que tienen en cuenta, por ejemplo, es que haya transparencia en la contratación del personal. Porque eso también impacta en el desarrollo local.
Para ayudarnos a dimensionar, veamos algunos casos. Han tenido experiencias de agroturismo con clientes que viajaron a la región de la Toscana italiana y se alojaron en sitios que trabajaban 100% con energías renovables. Y que, además, tenía normativas de utilizar productos de estación. Los clientes, entonces, sabían que lo que consumían era fresco, local y que había generado empleo en la zona. Además, podían tomar ellos mismos una lechuga, un tomate u otra verdura de la huerta para prepararse su propia comida.
Un ejemplo más cercano es el que tuvieron con un matrimonio que quiso ir al norte de Argentina, al que ya habían visitado previamente. Les armaron entonces recorridos por museos que no conocían, un lugar típicamente regional para comer, un espectáculo local. “Se busca esa experiencia distinta y de armado artesanal”, expresa Bettina. “Pero para eso necesitás conocer mucho a quien está viajando”, agrega.
Comunidades indígenas y turismo
Siempre con esta perspectiva de encuentro con lo autóctono, los viajes de Boomerang también ofrecen alojamiento en un lugar establecido dentro de una comunidad indígena o rural. Una experiencia de contrastes, de intercambio cultural entre el huésped y el anfitrión. Allí, la agencia hace un trabajo sumamente delicado y con paciencia de orfebre. Predispone a cada una de las dos partes para ese acercamiento. “Nosotros marcamos una gran diferencia de que vamos a cuidar esa dimensión socio-cultural de la comunidad que recibe a los viajeros”, cuenta Bettina.
Por un lado, preparan a los turistas, para que conozcan de antemano el lugar con el que se irán a encontrar. Por el otro, preparan a los anfitriones. “Nos sentamos con ellos, conversamos, les sugerimos cosas”, dice la directora. Hablamos de anfitriones que no están acostumbrados a la recepción de turistas. Y no solo eso, sino que además su cosmovisión y entendimiento de las cosas suele ser muy distinta a la de los huéspedes que llegan. “Tenemos comunidades que aprobaron en asamblea que Boomerang los puede visitar con todos los pasajeros que lleve. Siempre son ellos los que deciden qué hacer”, enfatiza.
Bettina recuerda un caso muy representativo. Una casa en un entorno rural, cuyos dueños no tenían un criterio específico para tirar la basura orgánica. Para ellos bastaba dejarla en el suelo, a campo abierto. La razón, para ellos, estaba totalmente justificada. “Yo así alimento a los pájaros”, le dijeron. Con delicadeza, entonces, el trabajo a realizar era proponer, sin juzgar, una idea distinta de la recolección de basura. “Quizá sea más ordenado si hacemos un cerco, de madera, donde se pueden dejar los residuos, que además genera una tierra mucho más rica. Nosotros lo llamamos compostaje”, comentaron.
El cambio fue emocionante. Los próximos viajeros que llegaron, ya se encontraron con un sitio mucho más ordenado y armonioso. El cerco estaba hecho, acompañado de carteles que solicitaba no arrojar basura. “Ellos ven que la gente empieza a cuidar el lugar y que crece también la actividad, siempre en la medida en que ellos quieren que crezca. Esa es la parte más desafiante de la sostenibilidad”, explica Bettina. “Nosotros no lo planteamos solo porque el viajero lo requiere, sino porque es su propio territorio”, agrega.
Compromiso con el cambio climático
A lo largo de los años, la agencia ha puesto mucho esfuerzo en promover este tipo de turismo. Buscando siempre poner en el centro a la persona y también a la comunidad. Porque no se trata únicamente de la persona aislada, sino de una persona dentro de una comunidad. Ese mismo esfuerzo les valió constituirse como la primera “Empresa B” de viajes de Argentina. Y es con el que han transformado y afianzado su compromiso con el cambio climático.
La agencia creó un calculador propio que mide el impacto en el medioambiente que tienen todas sus acciones. Desde lo que hacen en el día a día en las oficinas (electricidad, residuos) hasta los viajes que hacen sus clientes. Todo eso se traduce en gases de efecto invernadero y, por ende, deja una huella de carbono. Hace algunos años Boomerang decidió tener un mayor control sobre eso, y por ello es que comenzó a pagar para compensar esa huella de carbono (una alternativa que permite reinyectar ese dinero en proyectos de protección ambiental).
Incluso, una vez armado el viaje para sus clientes, les trasladan la información de cuánto se calcula que impactará ese viaje en términos negativos para el medioambiente. Y les ofrecen, también a ellos, distintas opciones para compensar esa huella. Estas líneas marcan los próximos grandes desafíos de la agencia. Por un lado, lograr ser carbono neutral para 2030. Y por otro, lograr que el 30% de sus clientes compense su huella de carbono de manera directa para 2025 •
¡¡Hola gente linda de Boomerang!!!Hermoso proyecto!! Gracias por sus ideas de viajes y diversion,incluyendo el cuidado del
Medioambiente y a la Comunidad!!
Gracias por generar la posibililidad de cuidar ¡¡¡Nuestra Casa Comun!!