Balance del año de Ciudad Nueva – Con el nacimiento de la revista del Cono Sur hemos experimentado un cambio radical en la manera de llegar a nuestros lectores. Algunas claves para comprender los pasos dados y todo lo que aún falta recorrer.

por Santiago Durante (Argentina)

Es natural que en esta época del año nos demos vuelta y repasemos el camino recorrido. Examinar los pasos dados y visualizar tanto aciertos como errores, sin duda, nos ayuda a proyectar mejor hacia dónde queremos avanzar. Se trata de un tamiz conveniente y necesario.

Bajo esta mirada podemos poner cada aspecto de nuestras vidas, de modo que nos ayude a continuar el camino con la esperanza renovada y más livianos. Y en este 2022 que se termina queremos hacer ese ejercicio con nuestra revista y, en consecuencia, con nuestro vínculo con ustedes, lectores y amigos.

Pocas semanas antes de concluir el año 2021 nos comprometimos a llevar adelante un desafío inédito para las diferentes gestiones de Ciudad Nueva en el mundo. Después de tres años de trabajo y discernimiento, con marchas y contramarchas, dimos rienda suelta a la realización de una única publicación para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay, donde confluyeran diferentes miradas y culturas como testimonio de una unidad posible, no exenta de dificultades.

Las recientes palabras del papa Francisco a los empleados y participantes de la Asamblea Plenaria del Dicasterio de Comunicación, que llevó como lema “Sínodo y comunicación: un camino a desarrollar”, pueden ayudar a confrontarnos con el sentido de una comunicación que debe contribuir a “hacer posible una dimensión comunitaria, una capacidad de relación, una vocación a los vínculos. Y así entendemos cómo es tarea de la comunicación fomentar la cercanía, dar voz a los excluidos, llamar la atención sobre lo que normalmente descartamos e ignoramos. La comunicación es, por así decirlo, la artesanía de los vínculos, dentro de los cuales resuena y se escucha la voz de Dios”.

Solo estas características del deber ser de la comunicación que propone el papa Bergoglio nos interpelan profundamente. Una exigente medida que ustedes, lectores y amigos, pueden tener en cuenta para evaluar el rol que ha cumplido Ciudad Nueva a lo largo de este año de cambios.

Sabemos que las características actuales de la revista pudieron haber generado cierta distancia para algunos, que estaban acostumbrados a recibirla en papel (en el caso de los lectores de Argentina) o bien cierta extrañeza para otros, que encontraron artículos realizados en un país distinto del propio. En este sentido, sirve también tener presente uno de los tres desafíos planteados por Francisco: “La primera tarea de la comunicación debe ser hacer que las personas se sientan menos solas. Si no disminuye el sentimiento de soledad al que tantos hombres y mujeres se sienten condenados, entonces esa comunicación es solo un entretenimiento, no es la artesanía de vincular, como decíamos antes. Para poder llevar a cabo esa misión, debe quedar claro que una persona se siente menos sola cuando se da cuenta de que las preguntas, las esperanzas, las fatigas que lleva dentro encuentran su expresión fuera. (…) Por lo tanto, toda verdadera comunicación está hecha sobre todo de escucha concreta, está hecha de encuentros, de rostros, de historias. Si no sabemos estar en la realidad, nos limitaremos a señalar desde arriba en direcciones que nadie escuchará”.

No son menos exigentes los otros dos desafíos que el Papa planteó a los comunicadores. Por un lado, se refirió a “dar voz a los que no tienen voz. Muy a menudo somos testigos de sistemas de comunicación que marginan y censuran lo que es incómodo y lo que no queremos ver”. Y por otro, el reto es “educarnos en la fatiga de comunicar. No pocas veces incluso en el Evangelio hay malentendidos que a veces se convierten en verdaderas tragedias o lentitud en la comprensión de las palabras de Jesús (…) Por lo tanto, debemos aceptar también esta dimensión de la ‘fatiga’ en la comunicación. Muy a menudo, los que miran a la Iglesia desde fuera se quedan perplejos ante las diferentes tensiones que hay en ella. Pero los que conocen el camino del Espíritu Santo saben bien que a Él le encanta sacar comunión de la diversidad y crear armonía de la confusión. La comunión nunca es uniformidad, sino la capacidad de mantener unidas realidades muy diferentes. Creo que también deberíamos ser capaces de comunicar este cansancio sin pretender resolverlo u ocultarlo. El disentimiento no es necesariamente una actitud de ruptura, pero puede ser uno de los ingredientes de la comunión. La comunicación también debe hacer posible la diversidad de puntos de vista, buscando siempre preservar la unidad y la verdad, y luchando contra la calumnia, la violencia verbal, el personalismo y el fundamentalismo que, bajo la apariencia de ser fieles a la verdad, solo propagan la división y la discordia. Si sucumbe a estas degeneraciones, la comunicación, en lugar de hacer mucho bien, acaba haciendo mucho daño”.

Después de nueve ediciones de Ciudad Nueva del Cono Sur resulta oportuno, aprovechando el vínculo construido con nuestros lectores a través del tiempo, pasar por este tamiz de la comunicación el trabajo realizado. Sabemos que es un camino que recién comienza y que nos hemos lanzado a transitar con cientos de historias a cuestas, intentando no perder de vista aquella inspiración de Chiara Lubich y que tiene como objetivo el mundo unido.

Precisamente vale repasar lo que la propia fundadora del Movimiento de los Focolares decía a trabajadores de las editoriales y revistas Ciudad Nueva en septiembre de 1990, en relación con los primeros escritos que transmitían la novedad del carisma de la Unidad: “…estas pequeñas cartas, incluso colectivas, se concentraron entonces en ese editorial, en ese primer artículo que hicimos en nuestro periódico Mariápolis para mantenernos unidos, pero no era una literatura antigua, sino una nueva forma de escribir, iluminada por el Ideal. (…) Esta novedad debe buscarse siempre en cada uno de nuestros artículos y libros para ver si realmente existe, si somos fieles al carisma, si estamos haciendo lo que Dios quiere. (…) También habrá que escribir artículos, quizás, que tengan poca importancia desde el punto de vista de esta novedad. Sin embargo, todos los que colaboran con Ciudad Nueva (…) deben siempre tener en cuenta, cuando escriben (…): ‘¿Está presente la novedad que Dios ha traído a través de este Carisma?’”.

Las maneras de comunicar han cambiado pero la esencia es la misma. El desafío es grande. El objetivo es estar a la altura. Y hacia allí estamos caminando.

Las palabras del Papa y, sobre todo, las de Chiara nos interpelan, nos ayudan en ese repaso del sendero hasta ahora transitado. ¿Y ustedes, lectores, cómo nos ven? ¿Qué evaluación hacen de esta nueva etapa de Ciudad Nueva? Esperamos con humildad y un agradecimiento anticipado todo aquello que quieran regalarnos, con la certeza de que caminamos juntos hacia la misma meta: la fraternidad universal, “Que todos sean uno” (Jn 17, 21) •

Un camino que recién comienza
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3 comentarios en «Un camino que recién comienza»

  1. Gracias, me parece importante este paso dado por todos en la comunicación, pienso que de a poco nos vamos introduciendo en estos nuevos formatos y van a ser muy positivos, sigamos adelante gracias a cada uno.

  2. Queridísimo Santiago, llevo un año con mi salud que me ha limitado bastante, voy mejor, pero no es fácil adaptarse a un cambio total!!! de vida. Qué quiero decir con esto?, que no he logrado seguir a CN, x online, tb este cambio de no tener el papel, confieso que lo he extrañado. Sigo todo lo de la Obra, desde el núcleo.
    Espero ir mejorando, e ir incertándome a esta nueva forma.
    Contá/cuenten siempre con mis oraciones y mi unidad.
    Además, felicitaciones por seguir fieles al carisma, desde y en este caso, con la difusión de la revista en todo el CS.
    EN Chiara, Susana Dileo

  3. Hola, entiendo que el paso de la revista de CN papel a virtual ha sido algo necesario e impostergable, de mayor alcance. La versión papel nos resultaba más cómoda, sobre todo a mi esposa que está en sillas de rueda. Lo importante es el contenido y esta vocación acorde al carisma y a los postulados del Papa que siempre nos está reclamando ser ese “pueblo de Dios” unidos en las diversidades. Sobre todo en estos momentos donde las ideologías “posmodernas”? y “progresista”? batallan para deconstruir nuestra cultura cristiana.
    He presenciado virtualmente la presentación del libro de Chiara D’Urbano y me parece importante la realización de talleres para ir profundizando estos temas, formándonos más para esta difícil época en que vivimos. Tengo algunas preguntas sobre el particular y quisiera saber a quién se las envío.
    Soy socio y estoy recibiendo bien los libros mensuales. Sigamos adelante.
    Saludos cordiales.
    Jorge

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