Centro Mariápolis El Pelícano – Es el espacio natural del Movimiento de los Focolares en Uruguay, que se mantiene a lo largo del tiempo. Está ubicado en la ruta 102, muy cerca de Zonamérica, en el departamento de Montevideo, y su existencia data de 1994, cuando se realizó la compra de los primeros terrenos. En la actualidad cuenta con tres casas de campo y dos de trabajo experimental del suelo y sus riquezas. Además, su paisaje natural transmite tranquilidad y mucha espiritualidad.
Por Victor Daboin (Uruguay)
Al ver el Centro Mariápolis El Pelícano desde el auto por ruta 102, da la impresión de ser un sitio de descanso, retiro o reencuentro con uno mismo. Su verdor y floreado en primavera y verano, y sus árboles deshojados en otoño e invierno, junto a la variedad de especies de pájaros que día a día alegran el alma con su canto, dan esa sensación de relajamiento y seguridad espiritual que muchas veces se busca en la vida cotidiana.
Con sus casas, áreas verdes y sembradíos, El Pelícano genera la emoción de saber que se trata de un lugar único, y donde seguramente el espíritu tendrá un rato de oxigenación e interiorización. El Centro Mariápolis pertenece al Movimiento de los Focolares e históricamente ha sido un escenario de encuentros religiosos, comunitarios, grupales y familiares. Allí se destaca la armonía, el encuentro, la espiritualidad, el amor y la fraternidad como esencias básicas de la humanidad, que quienes adhieren al Movimiento intentan poner en práctica día a día.
Por qué se llama El Pelícano
Este espacio que en 2024 está cumpliendo 30 años, en sus inicios contó con una importante providencia asignada por la misma Chiara Lubich, fundadora de los Focolares, pero que con el tiempo se ha mantenido con recursos propios de trabajo y aportes de la comunidad uruguaya del Movimiento, gracias a los cuales, por ejemplo, entre 2000 y 2003 se construyó el edificio principal.
El nombre de El Pelícano tuvo su origen cuando quienes fueron a ver el lugar leyeron el nombre del establecimiento, “Pecán”, en referencia a los muchos nogales que dan esa variedad de nueces existentes allí. Entonces alguien de ellos asoció “pecán” con “pelícano”. La idea gustó y entonces se lo propusieron a Chiara, quien aceptó complacida, en tanto el pelícano es un símbolo caro al cristianismo: estas aves tiene la cualidad de dar su propia carne y sangre a sus crías en caso de no haber más comida.
Un lugar en armonía con la naturaleza
“Este es un lugar de reunión, donde justamente se vive la cultura del encuentro de la que nos habla el Papa Francisco. Es un sitio ideal para la espiritualidad evangélica que promueve el Movimiento de los Focolares. En ella vivimos, trabajamos y compartimos personas que amamos la espiritualidad y que nos formamos día a día en ella. Es y será un centro modelo para el reencuentro en fraternidad”, comenta María Lidia Roba, focolarina encargada del Centro Mariápolis.
Sin embargo, este espacio no solo es un sitio de reunión, ya que también es un lugar que nos invita y enseña sobre ecología y actividades sustentables con los recursos que nos da la naturaleza. En El Pelícano se realizan actividades agroalimentarias y de preservación de la flora típica del lugar. Sus espacios son visitados regularmente por colegios, escuelas e institutos como parte de un programa social-educativo en pro del cuidado y uso sustentable de los recursos naturales, en especial los procedentes de la vegetación y sembradíos de la zona.
“Entre los años 2021 y 2022 se ha desarrollado una huerta educativa, se ha mejorado la producción orgánica de dulces y de nueces, y se comenzó un vivero con materiales reciclados. Ahora estamos trabajando en hacer un sendero interpretativo, que permitirá que niños de escuelas puedan tener una instancia formativa realizando una inmersión en la naturaleza, con talleres y con un recorrido que les permita el reconocimiento de las propiedades y valores de plantas y del medio ambiente”, comenta Roba.
Unidad y fraternidad: dos conceptos de El Pelícano
Las casas y espacios del Centro Mariápolis tienen las condiciones necesarias para realizar eventos, foros, charlas y cualquier otro tipo de actividad que esté relacionada con el reencuentro, con compartir y con los aprendizajes de las vivencias en comunidad.
“Unidad y fraternidad son dos conceptos que a los focolares nos encantan y tratamos siempre de poner en práctica. Buscamos que nuestra Mariápolis sea un sitio apropiado para ello, y de la misma manera tratamos de divulgar esa experiencia al público que quiera conocer un poco más”, dice Roba, y de esta manera certifica que el uso de las instalaciones del Centro Mariápolis está a disposición de las comunidades, empresas, escuelas o entes gubernamentales que así lo requieran, previo estudio y análisis de la solicitud.
Actualmente, la casa más grande de El Pelícano está destinada al uso de residencia universitaria para estudiantes de veterinaria de la Universidad de la República del Uruguay, ya que su cercanía a esa facultad es un factor importante, además del espacio natural y tranquilo del que disponen los jóvenes para sus estudios.
“Nos esforzamos por lograr que sigamos con nuestras actividades día a día, adaptándonos al momento actual, sin perder nuestra esencia evangélica y que se conozca El Pelícano como un lugar ideal para crecer en humanidad y en pasión por la fraternidad amada de Jesús”, puntualizó la encargada del Centro •
Vías de contacto
Instagram: @elpelicano.uy.
Facebook: Centro Mariapolis El Pelícano Montevideo – Uruguay.
Ubicación: Sector Bañados de Carrasco, Ruta 102, km 28, al lado del Camino Siete Cerros y del estadio de Peñarol, Campeones de Siglo, departamento de Montevideo.