Una economía humana

Economía de Comunión – La Economía de Comunión (EdC) busca involucrar a todos los actores del mundo económico (organizaciones civiles, organizaciones públicas, el sector privado y los Estados locales y nacionales) para pensar, promover y generar una cultura nueva, la cultura del dar. La EdC es, entre otras cosas, una respuesta a un grave interrogante del mundo de hoy: ¿es posible una economía sin pobres?

Por Julio Ruiz (Argentina)

¿Qué es la Economía de Comunión? ¿Es un estilo de vivir y hacer economía? Sí, pero no solamente. ¿Es una propuesta? Sí, es la propuesta de una economía distinta, pero también es algo más. ¿Es una utopía? Sí, también es una utopía, pero no solo. ¿Es una práctica y una gestión distintas? Sí, pero va más allá. Las preguntas podrían seguir…

La Economía de Comunión (EdC) es una realidad viva. Entonces, más que conceptualizarla o definirla, podemos presentarla del mismo modo que cuando presentamos a una persona. No se nos ocurre definirla, sino que contamos alguna información relevante pero sin pretender agotar la información a dar.

La Economía de Comunión nace en 1991, en ocasión de un viaje de Chiara Lubich a San Pablo, Brasil. Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, siempre estuvo convencida de que la comunión de los bienes, vivida a imitación de los primeros cristianos, era la solución del problema social. Pero San Pablo parecía decirle que no, a través de la enorme desigualdad que existía entre ricos y pobres y la constatación de que, con la comunión de bienes vivida individualmente, no alcanzaba para resolver el problema social. Chiara, fiel a su Carisma de la Unidad, duplicó la apuesta: si con la comunión de bienes vivida individualmente no alcanzaba, entonces habría que vivirla a nivel institucional. Eso significaba vivirla dentro y entre las organizaciones civiles, dentro y entre las organizaciones públicas, dentro y entre las empresas, dentro y entre los Estados locales y nacionales, y así hasta llegar a nivel mundial. Aquí encontramos otro significado de la Economía de Comunión: una respuesta a graves interrogantes del mundo de hoy. ¿Es posible una economía sin pobres? ¿Es justo un mundo sin pobres?

Para la cultura del presente, la gratuidad, el don y la comunión son realidades marginales que no deberían exceder el ámbito de lo privado. Sin embargo, esas realidades son cruciales para una sociedad feliz. Se genera así una relación paradojal: si los actores del mundo económico se preocuparan de reducir la pobreza a cero, es decir, de solucionar el problema social, la economía funcionaría bien. Pero como los actores del mundo económico se preocupan por categorías económicas como la rentabilidad, la eficiencia, el equilibrio financiero, el equilibrio fiscal, etcétera, entonces ni se soluciona el problema social, ni la economía funciona bien.

Para comenzar se propone un primer paso. Que las empresas pongan en común sus ganancias con tres fines: la ayuda a quien está en necesidad; el crecimiento de la propia empresa; y el desarrollo de una cultura nueva, la cultura del dar. En Chiara Lubich la cultura no es un factor más del contexto, sino un elemento clave: si la novedad del Evangelio no cambia nuestra cultura, esa novedad no nos alcanza, no nos cambia. Sin embargo, cambiar la cultura no es cuestión de predicación. Al igual que con los primeros cristianos, el principal testimonio es el amor recíproco y sus obras (“miren cómo se aman”, decían de los cristianos en tiempos del imperio romano). Pero si la novedad de la Economía de Comunión queda sólo en nuevas prácticas, no genera cultura en el sentido más profundo del término. Como explica Luigino Bruni, es necesario que esas prácticas generen nuevas categorías, nuevos discursos y narrativas, incluso nuevas explicaciones. Estas tareas exceden las posibilidades de los miembros de la Economía de Comunión, por lo que necesitamos dialogar con otras propuestas, con otras búsquedas. Por otro lado, no estamos solos, sino que hay muchos otros que también desean y se proponen cambiar esta “economía que mata” por una economía de la vida, como propone el Papa Francisco •

*El autor es miembro de Economía de Comunión.

*Este artículo es el séptimo de una serie de entregas destinadas a las “Inundaciones”, que Ciudad Nueva publica mes a mes. Para leer el artículo introductorio, haz click aquí.

*Para conocer más acerca de Economía de Comunión, ingresar a su sitio web oficial: www.edc-online.org.

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