Focolares en Chile
Recogido por la Redacción
Luego de un largo tiempo de pandemia sin poder vernos presencialmente, con algunas familias que conforman la Secretaría de Familias Nuevas del Movimiento de los Focolares en Chile, finalmente pudimos tomarnos unas vacaciones todas juntas. Somos seis familias, cuatro de la ciudad Santiago (la capital chilena), una de Rancagua y otra de Coronel.
Con el mejoramiento de las condiciones sanitarias pudimos tomarnos unos días de descanso. Nos dio la oportunidad de disfrutar de un momento de vacaciones en torno a un rico asado, música, piscina, risas, compartiendo lo vivido en el último tiempo.
La felicidad del reencuentro y el vínculo construido a pesar de la pandemia, de la distancia y de los imprevistos de cada realidad familiar, hicieron de este momento una verdadera fiesta. Un momento en el que, como dijeron Carla y Juan Carlos (matrimonio que hace un tiempo llegó a Chile con su hija Carlota, desde Venezuela) “desde los más pequeños hasta los más grandes vivimos el amor recíproco: compartiendo las diferentes tareas como poner la mesa, servir la comida, lavar los platos, ocuparnos de los más pequeños, etcétera”. Son momentos que acrecientan la fraternidad entre todos, pues es una oportunidad para conocernos mejor, respetar nuestros ritmos, sacar lo mejor de cada uno y también mostrarnos tal cual somos en la cotidianeidad. Una oportunidad donde la comunión brota espontánea, lo que nos da la posibilidad de estar más cerca los unos de los otros, acompañarnos mejor, aprender a acompañar y estar más cerca de otras personas y realidades que nos rodean.