Plebiscito de salida en Chile – En septiembre próximo Chile deberá votar para decidir si aprueba o no la nueva Constitución, sobre la que se viene trabajando hace más de un año. Educación, salud, justicia, opiniones al respecto y otros puntos fundamentales de este proceso democrático totalmente nuevo para el pueblo chileno.

Por Pablo Herrera Navarro (Chile)

Se cumplen los plazos y el trabajo de la Convención Constitucional está llegando a la recta final. Después de un año de trabajo, una comisión de políticos constituyentes se encuentra en tareas de armonización (orden) del texto de la nueva Constitución de Chile, que la población deberá aprobar o rechazar en las urnas el próximo 4 de septiembre.

Si bien todo este proceso comenzó en 2019, como una salida política a la grave crisis social que se vivió en octubre de ese año durante el gobierno del entonces presidente Sebastián Piñera, en octubre de 2020 los chilenos ratificaron ese proceso: casi el 80 % de la población votó a favor de una nueva Constitución que dirigiera los destinos políticos del país por los próximos años.

Pero si en un principio la Convención contaba con amplio respaldo por parte de la ciudadanía, las últimas encuestas muestran un empate técnico de ambas posturas. El Centro de Estudios Públicos (CEP) presentó el Estudio Nacional de Opinión Pública de abril-mayo, que mostró que un 27 % rechazaría la Nueva Constitución, mientras que un 25 % aprobaría la Carta Magna de la Convención Constitucional. Además, la encuesta arrojó que un 37 % de los encuestados aún no decide si rechazará o aprobará en las votaciones de septiembre.

Uno de los impulsores del acuerdo político de 2019 fue el actual presidente, Gabriel Boric, que en su calidad de diputado puso su firma abogando por el nuevo proceso. En una de sus declaraciones durante la reciente gira por Norteamérica, dijo: “En cuanto al proceso constituyente que vivimos, puedo destacar el ímpetu de nuestro pueblo, y en medio de la crisis quizá más importante que hemos tenido durante las últimas décadas optamos por resolverla con más democracia y no con menos. De eso se trata el proceso constituyente que hoy está en marcha en nuestro país: democrático, paritario y con la participación de los pueblos originarios”.

Aspectos a considerar en la nueva Carta Magna

Dentro de los cambios del sistema político se propone un régimen presidencial, pero con menos poder respecto del que se tiene ahora. El Poder Legislativo también sufrirá transformaciones; la Cámara de Diputados pasará a llamarse Congreso de las Diputadas y Diputados, y a la vez tendrá mayor poder que la actual; el Senado también dirá adiós, para dar lugar a una Cámara de las Regiones, con poderes acotados respecto de la actual Cámara del Senado.

Otro aspecto a destacar en el texto es que nombra a Chile como una “democracia paritaria” y un “Estado plurinacional e intercultural” que reconoce la coexistencia de diversas naciones y pueblos en el marco de la unidad del Estado, donde se habla de 11 pueblos indígenas preexistentes y que, en virtud de su libre determinación, tienen derecho al autogobierno. 

En cuanto al Poder Judicial, este dejaría de llamarse así, y de acuerdo con lo propuesto, existirá pluralismo político, donde se plantea que habrá un Sistema Nacional de Justicia, integrado por la Justicia Vecinal, los Tribunales de Instancia, las Cortes de Apelaciones y la Corte Suprema. En paralelo, el Estado reconocerá los sistemas jurídicos de los pueblos indígenas, que en virtud de su derecho de libre determinación coexistirán coordinados en un plano de seguridad con el Sistema Nacional de Justicia del resto de la ciudadanía. Será la ley la que determine los ámbitos de la competencia de la justicia indígena.

En cuanto a Educación, el Estado deberá asegurar para todas las personas el derecho a la educación. Un derecho que deberá orientarse hacia la calidad y representando los principios básicos establecidos en la Constitución. El acceso será universal en todos sus niveles, y obligatorio desde la enseñanza básica hasta la educación media. También se conformará el Sistema Nacional de Educación, que estará integrado por establecimientos creados o reconocidos por el Estado (públicos o privados).

Además, la Carta Magna garantiza la libertad de enseñanza y la libertad de los apoderados de elegir el tipo de educación para los niños y niñas a su cargo. Queda prohibido el lucro en todas sus formas y niveles.

En cuanto a Salud, se plantea que toda persona tiene derecho a esta y al bienestar integral, incluyendo su dimensión física y mental. También se establecerá un Sistema Nacional de Salud de carácter universal, público e integrado, que incluirá acciones de promoción, prevención, diagnóstico, tratamiento, habilitación, rehabilitación e inclusión.

En lo que respecta a Vivienda, se expresa que toda persona tiene derecho a una vivienda digna y adecuada, que permita el libre desarrollo de una vida personal, familiar y comunitaria. El Estado deberá tomar las medidas necesarias para el goce universal de este derecho, incluyendo la disponibilidad de servicios y la accesibilidad, ubicación y seguridad. Derecho a la ciudad y el territorio, donde todas las personas puedan habitar, producir, gozar y participar en ciudades y asentamientos humanos libres de violencia y en condiciones apropiadas para una vida digna. 

Gloria Alvarado es una de las constituyentes que trabajan en la elaboración de la nueva Carta Magna. Para ella es un momento histórico: “Partimos hace un año con una apuesta interesante, con una Constitución que se elaboró de forma paritaria, con participación diversa de diferentes sectores sociales de nuestro país y eso lo hace rico porque están las personas que representan a todo Chile en la Convención, donde llevamos las demandas territoriales”.

Además indicó que el trabajo tiene mucho de la esencia del chileno, por el hecho de ser elaborada por la gente que fue elegida de manera democrática, sumando “las iniciativas populares de norma por parte de la ciudadanía y que se recogieron y están plantadas en la Constitución. Será un ente transformador que la diferencia de la Constitución pasada, que se realizó dentro de cuatro paredes”.

Actualmente se están llevando adelante las llamadas visitas a terreno, en las que se da a conocer el trabajo realizado para la Carta Magna. Gloria Alvarado invita a “que las personas conozcan el contenido, que no se dejen llevar por las noticias falsas”. “Los invito a leer el texto y se comprenderá que será una gran oportunidad para el país”, finalizó.

Para la constituyente María Angélica Tepper, el trabajo de la Convención ha sido diferente de como lo había soñado. “Estamos desaprovechando una gran ocasión para todos, la ceguera por parte de los que opinan distinto de tu postura está tirando el trabajo por la borda”.

Tepper ejemplifica diciendo que el sistema ha sido trabado. “Hay cosas que son buenas y otras no tanto, hay mucha letra chica y eso es lo que se debe explicar a los votantes”, dice. “En el párrafo de la educación sale que se podrá escoger entre la pública y la privada, pero no sale el tema de la subvención, que es el escogido por la mayoría, porque el Estado va a ir acortando los presupuestos y va a realizar un plan único universal”.

En relación con las votaciones de septiembre, Tepper expresó: “Me encantaría que la gente sufragara por el trabajo realizado y que sea a conciencia”.

Además dijo que en un principio existía una causa común en la ciudadanía que proclamaba que la Nueva Constitución sería la casa de todos, “pero eso un sector no lo quiso desde el inicio, lo que hizo que se cerraran las puertas para llegar a los acuerdos”.  

Sin duda esta será una de las votaciones más importante para los chilenos, porque se definirán los lineamientos políticos y sociales por los próximos años, y es así la emoción que siente el agricultor José Rubén Pastrián. “Será una oportunidad histórica porque por primera vez en nuestro país se hace un trabajo constitucional llevado adelante por representantes elegidos por la comunidad, donde hemos sido escuchados quienes no teníamos voz respecto de las autoridades de turno. No se debe desperdiciar, ya que será nuestro legado a las nuevas generaciones”.

Lo que dice Pastrián dista del pensamiento de Susana Navarrete, microempresaria, quien comentó haber votado “Apruebo” para trabajar en una nueva Constitución, pero que ahora la rechazará. “Los constituyentes fracasaron en su labor de entregarnos un texto que nos una y en dar estabilidad y paz. Lo que veo, en cambio, es una propuesta donde se interpuso el ánimo de revancha, la desconfianza en las personas en favor de una fe ciega en el Estado, en la que se desconoce la nación chilena como una sola y se opta por la plurinacionalidad. Este país es uno solo y eso es lo que se debe respetar”, expresa Navarrete. En caso de ganar la opción “Apruebo”, el presidente de la República, Gabriel Boric, deberá convocar al Congreso Pleno para que se promulgue y se jure respetar la Nueva Constitución. En la situación contraria, no habrá cambio de Constitución y Chile se quedará con la actual Carta Magna, que tuvo su promulgación en 1980 durante el Gobierno Militar de Augusto Pinochet, y que ya tuvo modificaciones con la gestión del presidente Ricardo Lagos, en 2005.

A las puertas de un momento histórico
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