Centro CreSer: Un espacio para construir la fraternidad en la universidad

En la edición anterior de nuestra revista proponíamos una mirada sobre la educación desde la proximidad, desde la cercanía del vínculo del acompañamiento. Aquí, una experiencia en primera persona de quien encarna esta propuesta en un proyecto concreto, movida por el deseo de construir día a día la fraternidad, de “vivir la pedagogía del encuentro”.

Por Leonor Navarro (Paraguay)* 

Durante años, al rezar el Padre Nuestro sentía muy fuerte algo en el pecho que me interpelaba al repetir “que venga Tu Reino”. Me preguntaba cómo podía ayudar para que este “Reino” se hiciera realidad. Descubrí que el camino estaba en las aulas. La docencia me permitía llevar un mensaje nuevo donde la ciencia, transformada por el Evangelio, puede renovar todas las realidades de la sociedad.

Me lancé a la aventura

Trabajo como médico y docente desde hace más de dos décadas. Soy docente en la Universidad Católica de Paraguay. Lo que más amo es el trabajo que hacemos en la Dirección de Extensión, desarrollando proyectos con estudiantes voluntarios en las comunidades más vulnerables. 

Desde el 2019 sentimos la necesidad de ocuparnos no sólo de los que están afuera, sino también por los que están dentro de nuestra propia casa. Los estudiantes y docentes pasan muchas horas en la facultad, lejos de sus familias. Y aunque estamos rodeados de personas, muchas veces nos sentimos solos.

“Venir a vivir a la capital para estudiar y dejar a mi familia en el interior fue muy difícil. Muchas veces me quedaba horas recorriendo los pasillos de la facultad, aunque ya no tenía clases, para no enfrentar la soledad”, nos contó un estudiante en aquel entonces. Sus palabras nos recordaron el llamado del papa Francisco a vivir la “pedagogía del encuentro, un nuevo paradigma educativo, que propone ir hacia el otro con una actitud de apertura y escucha, sin prejuicios… pensando que toda persona puede aportarnos algo y toda persona puede recibir algo de nosotros”.

Con esta idea, en el 2019 fuimos al “Primer Simposio Internacional e Interdisciplinar de Fraternidad en Salud”, realizado en Paraguay y organizado por la Asociación Internacional Salud, Diálogo y Cultura, inspirada en la espiritualidad del Movimiento de los Focolares. Participamos dos docentes y seis estudiantes.

Durante este encuentro trabajamos la problemática de las carreras de salud: alta exigencia de tiempo y responsabilidad, exposición de los estudiantes apenas siendo adolescentes a realidades muy fuertes como la enfermedad, el dolor y la muerte, todas situaciones estresantes que necesitan ser atendidas o pueden llevar a crisis de ansiedad, angustia, depresión, etc. A esto se suman las largas horas que los estudiantes pasan en la universidad o el hospital lejos de sus familias y amigos.

Redescubrimos que los problemas de salud mental son reales, y que gran parte de la respuesta para prevenirlos o afrontarlos estaba en lograr espacios de fraternidad. Es decir, crear un espacio “fraterno” donde el sentido de “familia” se pueda experimentar en la facultad.

Así nace el Proyecto de Extensión intramuros CreSer, un voluntariado de nuestra facultad, cuyo objetivo es crear relaciones de fraternidad en toda la comunidad educativa para construir una red de protección para los estudiantes. Una oportunidad para crear “familia”, vivir el amor recíproco, el servicio y la gratuidad tan propios del cristiano, en el entorno universitario.

El nombre CreSer hace referencia al crecimiento de la persona en su “ser”, sabiendo que las personas se realizan y “son plenamente” cuando se relacionan con los demás, logrando vínculos profundos y “reales”. Con el Centro de Estudiantes comunicamos este sueño a las autoridades académicas y recibimos el apoyo de todo el Consejo de la Facultad de Ciencias de la Salud y del Rectorado de la Universidad Católica.

Hasta la fecha, CreSer ha trabajado en forma ininterrumpida, realizando múltiples actividades: organizó tres “Jornadas Nacionales de Fraternidad en Salud”, seminarios, charlas sobre el tema de salud mental y estrategias de bienestar integral, capacitaciones a voluntarios, etc. Durante la pandemia se realizaron ciber-cafés, utilizando los encuentros virtuales para asegurar el acompañamiento de los estudiantes durante las etapas más duras de aislamiento. Las experiencias fueron muy positivas y creció el sentido de familia en toda la facultad.

El sueño de la sede del proyecto CreSer dentro del campus universitario, o “la casita CreSer”, como la llaman los estudiantes, se concretó a finales del año pasado. Con una alegría inmensa, sentimos que ahora tenemos “nuestro espacio para construir” fraternidad.

Gracias a la presencia de los voluntarios, es un lugar acogedor para que los estudiantes y toda la comunidad educativa se sientan acompañados y en “familia”. Las instalaciones son cómodas, luminosas, ideales para charlar, tomar café… También se ofrece atención psicológica. Este año se ofrecerán además actividades al aire libre, club de lectura, espacios de debates, seminarios, charlas de formación integral, talleres de arte, espiritualidad, musicoterapia, ¡y mucho más!

Lograr la casita CreSer y leer los muchos testimonios que nos llegaron en estos años hacen que sienta cada vez con más fuerza en el corazón que es posible “que venga Tu Reino” •

*Médico pediatra, especialista en Bioética. Directora de Extensión de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Católica de Asunción Paraguay.

Alexia Jara (estudiante): “¡Estoy súper contenta de que exista un lugar así como CreSer en la facu! Siento que se deja mucho de lado la salud mental, pero me da esperanzas tener un espacio en donde se pueda hablar libremente de salud mental, lo que se consideraría un tabú en otros lugares. Contenta de que se dé prioridad a la integridad del estudiante y que podamos sentirnos contenidos y escuchados.”

Amanda Parri (comenzó el voluntariado como estudiante, hoy es docente y coordinadora del centro CreSer): “Siento que CreSer se gestó en respuesta a la voluntad de Dios, y hoy se volvió una realidad que nos permite vivir el amor fraternal. Más que un espacio físico es un lugar seguro, donde podemos abrir el corazón y compartir la vida misma. Ver a nuestros estudiantes sentirse importantes y valorados, sentir que confían, es reconfortante para el alma. CreSer es ver el propósito de Dios en cada persona que entra por las puertas, en cada lágrima, en cada sonrisa y en cada alegría compartida. CreSer es y será un lugar de descanso donde vivir con ‘Jesús en medio’. Aunque algunos estudiantes no manifiesten tener una fe o religión, o se confiesen ateos, la presencia le Jesús se siente, porque expresan que aquí se siente tanto amor, alegría y paz”.

Maribel Samudio (presidente del Centro de Estudiantes 2025): “El proyecto CreSer representa mucho más que un simple centro de acompañamiento para los estudiantes de nuestra facultad. Es un refugio, un espacio seguro, es el lugar que siento ‘verdaderamente nuestro dentro del campus’. Nos preparamos para cuidar a otros, pero a menudo olvidamos cuidar de nosotros mismos. Aquí es donde CreSer marca la diferencia. Brinda un lugar seguro donde podemos hablar de nuestras preocupaciones, recibir apoyo psicológico, orientación y hasta un simple recordatorio de que ‘no estamos solos en este camino’.  No podemos ser buenos profesionales si estamos agotados, ansiosos o sintiéndonos solos en el proceso. CreSer nos recuerda que pedir ayuda no es signo de debilidad, sino de fortaleza. Nos enseña que cuidar de nuestra salud emocional es tan importante como adquirir conocimientos médicos. Me alegra sentir que este proyecto exista, significa que alguien pensó en nosotros, en nuestras necesidades y en la importancia de que cada estudiante pueda encontrar su propio equilibrio. Es un recordatorio de que, además de ser futuros profesionales de la salud, también somos personas, y nuestro bienestar importa.”

Gisela Morales (presidente del centro de estudiantes 2024): “Para mí, CreSer es mucho más que un espacio de contención, es un refugio donde los estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Salud podemos encontrarnos a salvo en medio de la presión y el estrés que la vida adulta, especialmente la universitaria, implica. Es un lugar donde la vulnerabilidad se encuentra con la empatía, y cada historia compartida se convierte en una travesía hacia convertirnos en mejores personas, mejores colegas y por ende mejores profesionales. Lograr la casita durante mi gestión como presidenta en el 2024 es un sueño hecho realidad, un logro que no solo nos enorgullece hasta los huesos, sino que garantiza que futuras generaciones tendrán un espacio seguro donde podrán sentirse acompañados en sus momentos más difíciles. CreSer es un acto de amor y cuidado a la vida humana que refleja el verdadero espíritu de nuestra universidad y de la carrera de medicina: servir al otro”.

Sofía Alvarenga (egresada de la carrera de medicina, residente de Psiquiatría): “CreSer y las Jornadas de Fraternidad en Salud me parecieron una estrategia única para construir redes de apoyo donde compartir y crear justamente como su concepto lo indica: ‘afecto y confianza propia de hermanos’. Lo que ha permitido la evolución de la humanidad desde sus inicios son los valores de empatía y solidaridad para con los pares, por eso es importante que existan espacios donde hablar sobre lo que ‘pensamos, sentimos y vivimos’. Que sea en un contexto de seguridad y contención puede llegar a ser la semilla de esperanza, para una persona que sufre.”

Yamil Alvarenga (egresado de la carrera de Medicina): “Trabajar como voluntario en los proyectos de Extensión me permitió crecer en la empatía y entrega a los demás, algo que antes nunca había experimentado. Me permitió descubrir el sentido de muchas cosas en mi vida”.

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