Una foto – 3 de abril
Con sus vibrantes colores suspendidos en el cielo, el arcoíris es un fenómeno de asombro para todo aquel que se detiene a mirarlo. Sus cualidades no solo se limitan a algo estético, ya que también simbolizan la belleza y la esperanza.
Chiara Lubich, fundadora del Movimiento de los Focolares, encontró una profunda relación entre el arcoíris y la espiritualidad. Según su mirada, los colores que componen el arcoíris reflejan, al mismo tiempo, la diversidad y la unidad. “El amor es luz, es como un rayo de luz que, cuando atraviesa una gota de agua, se despliega en un arcoíris, en el que se pueden admirar sus siete colores. Son todos colores de luz que, a su vez, se despliegan en infinitas gradaciones. Y así como el arcoíris es rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo y violeta, el amor, que es la vida de Jesús en nosotros, asumiría distintos colores, se expresaría de varias maneras, diferente una de otra” •