Sostenibilidad – La investigación de las propiedades del agua de mar se remonta a fines del 1800 a través de distintas personalidades de la ciencia. Novedosos estudios proponen sus utilidades como alternativa al agua dulce, ya sea en la medicina, el uso doméstico o la producción de alimentos.

Por Laureano Domínguez (Colombia)*

Hace más de un siglo, el agua de mar propició una verdadera revolución sanitaria en Europa. Durante décadas nadie quiso acordarse de ello y hoy en día su poder nutritivo y sanador permanece desconocido por muchos. Sin embargo, constituye un recurso de primer orden para combatir las plagas de la pobreza y el hambre en el mundo.

La utilización del agua de mar con fines terapéuticos se remonta al menos a unos 500 años a.C. Sus aplicaciones modernas se las debemos al francés René Quinton. Retomando los trabajos del célebre fisiólogo Claude Bernard, Quinton demostró la analogía fisiológica entre el agua de mar y el medio vital de los vertebrados. Nació así la utilización del agua de mar en los llamados “dispensarios marinos” que él mismo creó, para salvar miles de vidas en diversas ciudades francesas y extranjeras.

Años antes, Louis Pasteur, también francés, había desarrollado su trabajo basado en el ataque a los microbios invasores. De ahí surgieron las vacunas y los antibióticos, que son la base de la medicina moderna. Aun así, el mismo Pasteur había reconocido en su lecho de muerte que el terreno lo es todo. Quinton tuvo claro que, para vencer a la enfermedad, lo que había que hacer era reforzar el terreno, es decir, el medio interno de la persona. ¿Y qué es el medio interno? Esencialmente, agua de mar.

En 1904 se presenta en la Academia de Ciencias de Francia el libro de René Quinton, Agua de mar, un medio orgánico, donde señala que cada vez que el medio interior se altera, las células sufren, las funciones orgánicas empiezan a desarrollarse de forma anormal y, debido a ello, los órganos se deterioran. De ese modo, igual que cada vez que se renueva el agua de un acuario los peces parecen más vivaces, el agua de mar incide directamente en el cuerpo humano ante procesos infecciosos, falta de alimentos, funcionamiento deficiente de los órganos o cualquier otra anomalía.

Diferentes escritos de principios de siglo XX muestran aplicaciones variopintas de las terapias con agua de mar, desde el tratamiento de fiebres tifoideas hasta la cura de la cirrosis hepática o enfermedades gastrointestinales. Antes de 1914 se habían presentado sólo en Francia ocho tesis doctorales y más de un centenar de comunicaciones sobre la aplicación médica del agua de mar.

El agua de mar, probablemente uno de los elementos más abundantes sobre el planeta, no sólo se convierte en una sustancia terapéutica de primer orden, sino que puede incluso acabar con el hambre en el mundo. Los experimentos de René Quinton y posteriormente los realizados en muchos centros de estudio y universidades, confirman que el agua de mar es el fluido más completo de cuantos existen. No sólo resulta capaz de sustituir a la sangre, sino que, una vez incorporado a un organismo, siendo un elemento natural exactamente adaptado a las necesidades de la célula viva, puede acabar con muchas enfermedades.

¿Son los mares una fuente idónea de agua consumible?

A pesar de que la mayoría de las personas creen que el agua de mar es agua salada, y que se contamina cada día más, múltiples investigaciones y efectos de observación para evidencias de consumo de agua de mar dan fe de que sí es posible consumir en forma directa agua de mar, sin desalinizar.

Siete cumbres mundiales de agua de mar (la última realizada en O’Higgins, Argentina, en noviembre pasado) proponen el uso del agua de los mares como respuesta a la actual crisis hídrica del planeta.

Es imposible que el agua de mar se contamine con microbios de procedencia terrestre, pues el fenómeno de la ósmosis los destruye, razón por la cual, tomar tres vasos de agua de mar al día enriquecen la dieta diaria y garantizan el equilibrio de la flora microscópica intestinal.

Para que estos tres vasos de agua de mar estén al alcance de todos, se requiere abundancia. Es por eso que el tema central de la última Cumbre de Agua de Mar tuvo como temática los “Sistemas de impulsión de agua de mar”, es decir, acueductos marinos.

Basados en las experiencias de las mineras chilenas, las cuales impulsan agua de mar a grandes distancias y la llevan a alturas considerables sobre el nivel del mar, nos hemos inspirado para proponer al mundo soluciones hidrológicas basadas en el transporte de agua de mar a través de acueductos y redes de distribución domiciliaria de la misma.

La investigación de sus propiedades dejó un ambicioso proyecto de medicina social y se extiende cada vez más por muchos rincones del planeta como alternativa al agua dulce en la ducha, el inodoro y en la preparación de alimentos. Además, en el rubro de la agricultura, varios centros de investigación han logrado excelentes resultados en el uso del agua de mar para regadíos y expansión de cultivos halófilos •

*El autor es investigador, periodista y presidente de la Fundación Omdimar y Ciencia.

El agua de mar, una respuesta concreta a la crisis hídrica del planeta
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