Armonía – El desafío está en acomodar nuestra agenda para alcanzar un balance entre tres pilares: misión de la empresa, misión familiar y misión personal. Algunas recomendaciones para acercarse a ello.

por Pablo Loyola (Argentina)

La vida de cualquiera de nosotros está atravesada por muchas variables de diferentes ámbitos. Recorremos espacios como: familia, trabajo, amigos, estudio, recreación y cuidado de la salud. En muchos casos la familia y el trabajo ocupan una cantidad relativamente mayor de tiempo que el resto. ¿Cómo hacer para mantener un equilibrio entre familia y trabajo?

Estoy casi seguro de que muchos de ustedes no logran acomodar la agenda. Cuando pregunto las razones se escuchan cosas como: “en países como el nuestro hay que trabajar mucho más de lo normal”, “yo descanso trabajando, a mí no me cansa estar muy atareado”.

Como un arcoíris

Si tomamos un prisma y hacemos pasar un rayo de luz blanca por el cristal, veremos que proyecta un arcoíris. El prisma descompone la luz en un espectro equilibrado de siete colores. Supongamos que nuestra vida es la luz blanca y que cada uno de los siete colores es un aspecto de ella. Deberíamos poder encontrar la combinación exacta de actividades en cada ámbito para poder seguir siendo una luz blanca, ya que, para ser así, debe estar compuesta necesariamente por los diferentes colores.

Qué interesante sería armar nuestras agendas semanales con un poco de cada color. ¿Pasa lo mismo en la empresa familiar?

La cuestión sería cómo balancear la misión de la empresa (crear valor en forma de productos y servicios para comercializar) con la misión familiar (cuidar y promover la vida y la cultura de la familia) y la personal (destino personal y único de cada individuo, el sentido de la vida).

En mi vida profesional me he encontrado con muchos clientes que han desarrollado muy bien el ámbito de la empresa, convirtiéndose en exitosos empresarios con organizaciones sólidas y muy rentables. Pero cuando se miran los otros dos ámbitos (familiar y personal) las materias adeudadas saltan a la vista, opacando el brillo del éxito empresarial.

Veamos algunas recomendaciones que pueden ayudarnos en la búsqueda del equilibrio.

Ámbito empresarial
Fijarse un horario a cumplir.
Programar una agenda.
Roles claros.

Ámbito familiar
Que la casa no sea una extensión de la oficina. Eso incluye el celular.
Dedicar tiempo a cada miembro de la familia.
En algún momento, contar cómo nos va en la empresa, los sueños que tenemos. No es bueno que siempre nos escuchen hablar de los problemas que hemos tenido. ¿Quién querría trabajar en un lugar así?

Ámbito personal
Intentar una agenda semanal que incluya deporte, estudio, relaciones sociales y cuidado de la salud.
Incorporar el hábito de la introspección. Esto es aprender a desarrollar la habilidad de mirarse para adentro.

Una vida equilibrada es posible. Es cuestión de desarrollar el hábito pero, sobre todo, de tomar conciencia de que la vida no es solo trabajo. Les puedo asegurar que si intentan vivir así, equilibrando empresa-familia-persona, tendrán una vida mucho más plena y saludable •

*El autor es contador, consultor de la empresa familiar certificado (CEFC) y socio activo del Instituto Argentino de la Empresa Familiar. Escribió Vientos de cambio y ¿De tal palo tal astilla?, libros publicados por Ciudad Nueva.

Para seguir al autor: www.novarum.com.ar e Instagram @novarumcba

El arte del equilibrio entre familia y empresa
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