La riqueza de habitar un lugar y el encuentro con la memoria que nos habita

Dragones, Argentina – Desde hace más de un año que Betiana y Renata forman parte de la comunidad de Fortín Dragones, un pequeño pueblo en el norte de Argentina. Allí hacen todos los días una experiencia de apertura hacia nuevas formas de ver y pensar los vínculos, la relación con la naturaleza, con lo material y con la vida misma. “Constatamos que pensar cómo debería ser, compromete el sentir. En cambio, sentir y dar lugar al corazón para el encuentro con el otro, nos está permitiendo construir una nueva forma de ver y de pensar”, dicen.

Por Betiana Colina y Paula Renata González (Argentina)*

El 1 de marzo de 2023, después de un año y medio de preparación, llegamos a Fortín Dragones para abrir una nueva comunidad del Movimiento de los Focolares. Fortín Dragones es un pueblo de unos 5000 habitantes situado en el Chaco Salteño (Argentina), en el km. 1800 de la Ruta Nacional 81. La misión de este nuevo Focolar era la de una experiencia de diálogo intercultural con los pueblos indígenas, y en particular con el pueblo Wichí.

Los primeros pasos los dimos con la iglesia local. Monseñor Luis Scozzina, OFM (Orden de Frailes Menores) obispo de la diócesis de la Nueva Orán, fue quien nos indicó la Ruta 81, invitándonos a este pueblo conocido como la Flor del Chaco, habitado por siete comunidades Wichí y familias criollas. Desde la necesidad de “estar cercanos”, la Ruta 81 es uno de los territorios más periféricos de esta diócesis.

Una nueva forma de ver y de pensar

En el camino de preparación para esta experiencia fue muy importante preguntarnos y respondernos cuáles serían los primeros pasos a dar. Las palabras que nos indicaron ese recorrido fueron: “Llegar y habitar, observar, escuchar, conocer, caminar la zona, hacernos cercanas y fortalecer”.

“Llegar” y “habitar” tuvo el desafío de un contexto nuevo y muy diferente de vivencias anteriores, el clima de altas temperaturas, la distancia y, en especial, el encuentro con una nueva cultura, que el tiempo nos mostró que no solo era con el pueblo Wichí, sino también con los criollos. “Escuchar” nos presentó el desafío de hacer silencio, un silencio que puso, quizás, el primer ejercicio para vincularnos con un otro diverso a nosotros. “Observar” e integrar otros tiempos nos quitó toda urgencia y, sobre todo, nos ayudó a dar más valor al presente. Aprender a hablar más bajo y más lento nos fue permitiendo conocer.

“Reconocer”, un paso más del “conocer”, con el tiempo nos abrió a nuevos aprendizajes, vividos con aciertos y desaciertos. Uno de esos aprendizajes ha sido sentirnos semejantes. Entrar en otro contexto social, donde la concepción de progreso no existe y acumular daña al entorno natural (y como consecuencia el social), nos mostró cómo relacionarnos con la naturaleza, tomando solo aquello necesario para hoy. Se puso en juego la actitud y la disposición que teníamos al acercarnos frente al otro que es diverso. Se dice que la Wichí es una cultura cazadora y recolectora que vive de la subsistencia, pero es mucho más que eso. El vínculo que se establece con el monte y todo lo que allí habita es, en su esencia, reciprocidad. Dar y recibir. Es austeridad. Solo lo necesario. Es por eso que una cada vez mayor ausencia del monte ha generado una grave malnutrición. Vivir en zonas periurbanas ha modificado sus hábitos, y se podría decir que se encuentran desorientados. El impacto es, especialmente, en sus modos de relacionarse.

Fue allí que descubrimos una de las claves más desafiantes del diálogo: en el encuentro entre culturas, en el reconocimiento de las diversidades, de los saberes, en no esperar que el otro cambie. Comprendimos cómo la búsqueda de uniformidad rompe la comunión, daña la riqueza del intercambio. Fue allí donde empezamos a sentir y pensar en cómo poder hacer un camino de unidad. En especial porque, en el diálogo, la pluralidad de saberes es una riqueza que nos permite no esperar un cambio, no pensar que tenemos que hacer algo, sino que es vital poder poner el foco en “estar” para construir un vínculo, cultivar las relaciones, interrelacionarnos con las personas y con la naturaleza. Constatamos que pensar cómo debería ser, compromete el sentir. En cambio, sentir y dar lugar al corazón para el encuentro con el otro nos está permitiendo construir una nueva forma de ver y de pensar.

El desafío de “fortalecer” significó sumarnos a aquello que ya estuviera y no proyectar algo nuevo. Aquí, además, se puso en juego aprender a caminar en un terreno nuevo, donde la experiencia profesional o laboral que traíamos se vio confrontada por un contexto cultural muy diverso que exige, ante todo, una mediación cultural. Buscar juntos el cómo y el qué, y más aún el para qué, desde la comprensión de cuáles eran las necesidades y problemas que atender, y junto a quiénes poder ir al encuentro. 

Mesa de gestión, una agenda de prioridades para la convivencia social

En septiembre de 2023 se constituyó en el pueblo de Dragones una mesa de gestión, con sede en la escuela del lugar, desde la cual empezamos a mirar juntos la realidad, pudiendo así dar mayor fuerza a las acciones que se impulsaran. La escuela es un espacio central porque allí se congregan todos. Más allá de la enorme distancia cultural con el pueblo Wichí (su lengua es solo oral y tiene un 90% de población hablante), es un lugar de convivencia entre culturas. La escuela convocó a distintas organizaciones sociales y públicas que atienden en especial la malnutrición en niños, niñas y madres, para que formen parte de la mesa de gestión. También lo hicieron con las comunidades (por medio de los caciques), la policía, el centro de salud, las iglesias cristianas, la Iglesia Católica, la Iglesia Anglicana, la Iglesia Unida de Suiza de Tradición Reformada y la Asamblea de Dios (una iglesia sueca que es parte del movimiento pentecostal) y otras iglesias libres. Todas ellas realizan una enorme labor con el pueblo Wichí como con el criollo. La agenda que atendemos busca asegurar una convivencia social sana y cuidada con foco en la infancia, adolescencia y juventud. La problemática de consumo de drogas y alcohol a temprana edad es una de las mayores preocupaciones y con ello el tráfico y la violencia, además de la nutrición y el acceso al agua, entre otros temas prioritarios.

Proyectos

A este punto fue importante encontrarnos con la mirada de Chiara Lubich en el llamado a “permanecer en el Amor” en esa medida que ella nos mostró: “entrando en la piel del otro”, para que este amor se extienda hasta hacerse recíproco, precisamente comunión.

Hay un camino que estamos trazando, y entrar en la cultura nos está permitiendo comprender, en especial desde el corazón, cuál es la tarea, la misión que estamos emprendiendo. Desde la cultura Wichí, la vida tiene la misión de Yahinchoye lênâyij ta is, que significa “ir en busca del buen camino”. Por otro lado, el poder caminar juntos tiene el propósito yiwitche lênâyij, que significa “acertar el camino”, y es lo que siempre hemos buscado junto a Chiara Lubich.

El 1 de febrero de este 2024 asumimos formalmente el comedor, un espacio privilegiado para estar, conocer y compartir con madres, niños y niñas menores de cinco años del pueblo Wichí y también algunos criollos. Asisten de lunes a viernes un promedio de 50 personas, aunque hay días que vienen 40 y otros 80. A nosotras nos implicó otros tiempos y un compromiso diario que nos habilitó un espacio para construir relaciones con el equipo que ya estaba desde hacía dos años (conformado por cocineras y personas de servicio de limpieza y mantenimiento). Además, pudimos impulsar la creación de una huerta.

Otra iniciativa, nacida ya en 2022, es el Proyecto Dragones. Llevado adelante por integrantes de la parroquia Santa María de la Lucila (Buenos Aires), hacen un generoso y profundo trabajo a la distancia aportando alimentos, agua y tareas educativas y sanitarias. Nuestra tarea es la animación pastoral con el propósito de ser una iglesia cercana, dando testimonio del Evangelio. Experimentamos que la vida sacramental nos nutre y confirma cada paso de nuestro ser cristiano. Aun así, al acercarnos al prójimo y amando a la medida de Jesús, nos hacemos hijos e hijas de Dios y nos exige salir de la estructura parroquial.

La Ruta 81 es un corredor de frontera en el norte argentino que convive con la amenaza de la trata y tráfico de personas. Esto nos impulsó a trabajar e integrar el equipo diocesano de prevención contra la trata, que articula con el apoyo de la Asociación Civil Talentos y el acompañamiento de la CEMI (Comisión Episcopal de Migrantes e Itinerantes).

También se inició un proyecto en escuelas de formación para padres y docentes. En los pueblos de la Ruta 81 se trabaja especialmente con comunidades Wichí, ya que fueron ellos quienes manifestaron la fragilidad en la crianza y el cuidado en estos contextos. Este año, esa formación se implementó como política pública provincial, siendo obligatoria para todos los docentes de nivel inicial, iniciando en Orán. Otro foco de trabajo es con las mujeres Wichí de la ruta 81. Estamos implementando un programa con 30 mujeres de 15 comunidades que busca fomentar la autoestima, el liderazgo y la valoración de la cultura, dando los primeros pasos de un camino con grandes desafíos •

La riqueza de habitar un lugar y el encuentro con la memoria que nos habita
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4 comentarios en «La riqueza de habitar un lugar y el encuentro con la memoria que nos habita»

  1. Felicitaciones por contribuir a una Iglesia cerca de la gente!!! Desde hace 33 años viajo por la Ruta 81 pero mas al este, en Los Blancos, con diversos proyectos productivos, de organización y tierras!!! Abrazos y espero encontrarlas un día de estos!!!!

  2. Gracias Renata y Betiana! Que experiencia tan profunda y existencial! «Ir en busca del buen camino» y «acertar el camino» solo se puede si es un «caminar» juntos. Gracias por permitirnos estar allí através de este artículo, que es más que un simple artículo, es una comunión que nos hermana más allá de las fronteras. Mi aporte es la oración, para que este buen camino se encuentre lo más pronto posible, para el rescate y la dignificación de toda la comunidad wichí y todos de este hermoso lugar.

  3. gracias por compartir y estimular el valor de estar y compartir en estos bellos pueblitos con tanta riqueza natural y humana

  4. » Sentir y dar lugar al corazón para el encuentro con el otro»…siempre una nueva lección en el tratar de caminar .Gran tarea,gracias focolar de Dragones .Carmen.Ushuaia

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