Huella cero – En un contexto marcado por la urgente necesidad de reducir nuestra fuerte dependencia energética, presentamos algunas ideas para empezar a disminuir o repensar el uso de los aparatos que permanecen siempre encendidos dentro del hogar.

por Marta Oliveira Panão (Portugal)*

«Rever nuestro consumo de energía y, cuando sea posible, elegir un proveedor de energía renovable. Minimizar la pérdida de calor en las viviendas, así como también de iluminación y consumo de agua, cambiando nuestros hábitos y adoptando medidas de ahorro energético, como la mejora del aislamiento, incorporar bombillas LED, etcétera”.

Este es uno de los puntos sobre el cual el EcoPlan del Movimiento de los Focolares invita a reflexionar y actuar. Desde luego, no es la primera vez que leemos estas ideas, en este contexto tan marcado por la urgente necesidad de reducir nuestra fuerte dependencia energética. Y, todos lo reconocemos, reducir el consumo de energía es más rápido que acelerar la ansiada transición energética.

Hace algunas décadas, cada vez que llegaba a nuestras casas la factura de la electricidad, a menudo nos veíamos obligados a apagar las luces. Es que vivíamos en la época de las bombillas incandescentes, que tenían un poder nada desdeñable.

Hoy en día, en nuestros hogares hay muchos aparatos permanentemente encendidos y que equivalen a una o más bombillas incandescentes. Aunque no parezca un punto clave en el discurso del ahorro, una de las mejores formas de empezar es atenuar ese vínculo constante con esos aparatos, logrando costos asociados mucho más bajos que además permitirá mejorar el aislamiento térmico de nuestros hogares.

El primer paso es saber qué aparatos están siempre encendidos: los más comunes son heladeras y freezers, y aquellos que utilizamos para comunicación y entretenimiento (TV box, routers, etc.). Existen dispositivos útiles y fáciles de usar que permiten hacer un diagnóstico del empleo de los aparatos, denominados “medidores de consumo”. Para que no se convierta en un gasto excesivo, una alternativa viable es comprar estos medidores en comunidad: con la familia, con los vecinos o entre amigos.

La evaluación de lo que hay que hacer depende mucho del diagnóstico que se obtenga. Puede que merezca la pena cambiar equipos de almacenamiento en frío más antiguos o simplemente apagar los que no se utilizan mucho. En el caso de los equipos de comunicación, se puede evaluar mantenerlos apagados por la noche o durante ausencias prolongadas. Hay controladores analógicos a un precio muy accesible, que se conectan al tomacorriente y que los apagan automáticamente durante un periodo de tiempo preestablecido, o bien enchufes con interruptor para usar en ausencias prolongadas. Es preciso recordar que la mayoría de los sistemas de comunicación ya tienen muy poca potencia; aun así, vale la pena comprobar estos múltiples dispositivos porque, en el caso de haber demasiados, pueden equivaler a la potencia de una bombilla incandescente.

La motivación de estas pequeñas acciones puede ir mucho más allá de simplemente querer reducir la factura que pagamos. El EcoPlan nos abre la posibilidad de llevar adelante, todos juntos, maniobras para volver más sustentables nuestras comunidades. Por eso, ser una comunidad también ayuda en el diagnóstico de quien lo necesite, debatiendo juntos posibilidades, compartiendo experiencias e intercambiando resultados •

*La autora es ingeniera física. El artículo fue publicado originalmente en Cidade Nova de Portugal. 

Los consumidores ocultos de la energía
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