Claves – Una familia que sabe comunicarse, que tiene momentos de diálogo sincero y profundo, es garantía de éxito.
Por Pablo Loyola (Argentina)*
La comunicación es fundamental en todos los aspectos de la vida. Obviamente también en las empresas de familia y, en particular, en el seno de una familia. Quisiera detenerme en este artículo en la particular relevancia que tiene la comunicación para la continuidad de la empresa y la armonía familiar.
Diferentes maneras de comunicarse
Desde que nacemos, empezamos a desarrollar hábitos comunicativos. Sonrisas, llantos, berrinches, oposiciones adolescentes y así podríamos continuar enumerando un sinfín de situaciones. Muchos de esos aprendizajes se adquieren en el ámbito de la familia y por lo tanto cada familia tiene su particular modo de expresarse. Existen familias donde mostrar los sentimientos es signo de debilidad, como hay otras donde es todo lo contrario. Hay otras familias donde se ignoran los conflictos en lugar de abocarse a su resolución. Familias que conversan y familias que callan. La lista podría seguir.
¿Existe alguna forma ideal de comunicación? Me atrevería a afirmar que, más que formas ideales de comunicación, hay aspectos comunicativos a tener en cuenta para que la comunicación sea eficaz. Es decir, especies de check points que nos den la pauta de si la comunicación se produjo correctamente.
Encontrar un tiempo y un lugar adecuado
Siendo una de las cosas más simples de hacer para una buena comunicación, es lo que generalmente más a menudo falla. Con mayor énfasis en los temas complejos o sensibles a las partes, encontrar un tiempo y lugares oportunos es esencial. Es decir, momentos donde ambas partes estén dispuestas al diálogo, sin interrupciones, sin distracciones (sería óptimo dejar fuera de la reunión a los celulares… nadie se muere por un rato sin celular).
Estar dispuestos a escuchar la opinión del otro
Una buena conversación no es tal si cada uno de los intervinientes no está dispuesto a escuchar lo que los demás tienen para decir. Una escucha profunda permitirá entender las verdaderas motivaciones que cada uno trae y, desde allí, hacer el aporte personal. Una actitud empática es fundamental en la conversación.
Recordemos que la definición de “otro” es “alguien o algo distinto, pero del mismo tipo de lo que se habla”. Por lo tanto, no debe sorprendernos que no opinemos igual. Todo lo contrario. Debemos gozar de la posibilidad de enriquecimiento mutuo en la conversación.
Buscar los puntos de unidad
Es muy probable que en algunas ocasiones haya puntos sobre los cuales las partes no se pongan de acuerdo. En lugar de ensañarse en esos puntos discordes es recomendable hacer punto de partida en aquellos que sí se comparten y, desde allí, con tiempo y paciencia, ir avanzando en los demás.
Por lo general, en una empresa familiar se repiten los modelos de comunicación que existen en el interior de la familia. Los miembros de la familia que trabajen en la empresa deberán tener una atención extra para que cada uno tenga un trato igual a cualquier empleado. Que el hecho de ser familiar no implique un trato mejor ni peor que sus compañeros.
Una familia que sabe comunicarse, que tiene momentos de diálogo sincero y profundo, es garantía de éxito. Podrán emprender diferentes negocios, con mayor o menor suceso, con muchos o pocos conflictos, pero será algo secundario siempre que lo principal (la posibilidad de generar una comunicación de calidad, profunda y enriquecedora que acerque y una a la familia) esté garantizado •
*El autor es contador, consultor de la empresa familiar certificado (CEFC) y Director de la Sede Regional Córdoba del Instituto Argentino de la Empresa Familiar. Escribió Vientos de cambio, ¿De tal palo tal astilla? y Tatuaje en el alma, libros publicados por Ciudad Nueva.