Editorial
Hablar de la construcción de un mundo mejor es hablar, también, de la vocación. Una palabra fuerte, cargada de significado y capaz de orientar el camino personal hacia una u otra dirección. Si hacemos el ejercicio de mirar hacia adentro y preguntarnos cuál es nuestra propia vocación, ¿qué responderíamos?
En las páginas de esta edición de Ciudad Nueva quisimos acompañar esa pregunta y ofrecer herramientas, miradas y lineamientos que sirvan para encontrar respuestas. O, por qué no, que sirvan para generar nuevas preguntas, y que éstas permitan a su vez continuar desandando el camino que construye la identidad propia.
Porque responder a la vocación personal significa aceptar un camino de descubrimiento de aquello que nos llama desde lo más profundo de nuestro ser, aquello que da sentido y dirección a nuestras acciones y decisiones. Como se describe en el artículo de apertura, “nos compromete con nuestra esencia, con el prójimo, con el mundo y con la trascendencia”.
Lo reflejan también las experiencias personales de varios jóvenes que forman parte del programa “Aquí Estoy”, una propuesta para profundizar en ese descubrimiento. Cada uno de los testimonios revela la valentía de enfrentar temores, dudas y sacrificios en la búsqueda de un propósito más profundo y significativo.
Un propósito que encuentra su cauce en el espacio de diálogo con la cultura llamado Psicología y Comunión, promoviendo el conocimiento académico y comunitario, o también en el Genfest, un encuentro internacional donde se reúnen miles de jóvenes de diferentes culturas y religiones, impulsados por la idea de la construcción de un mundo unido a partir del talento y las cualidades propias. Al mismo tiempo, el encuentro interreligioso realizado en Roma es prueba cabal de que el compromiso personal y con los demás puede ser muy potente.
La vocación nos desafía a ser artífices de nuestra propia vida, a abrazar nuestra libertad y a comprometernos con aquello que nos llena de alegría y motivación. Encontramos en este camino no solo la satisfacción personal, sino también la oportunidad de impactar positivamente en el mundo que habitamos •