Panorama – Mientras los flashes se van con la Copa del Mundo en Catar, en Uruguay existe otro deporte que avanza más silencioso pero que mueve cada vez más las aguas: el remo. Con títulos y medallas obtenidos a lo largo del último tiempo, la disciplina se posiciona fuerte y pide pista, apoyo y recursos.

por Ignacio Amaro (Uruguay)

Uruguay es un país que a lo largo de la historia ha formado muy buenos deportistas en relación con su cantidad de habitantes. Particularmente, este pequeño territorio ha sido siempre reconocido por sus títulos y hazañas en materia futbolística. El deporte rey acapara las miradas no solo del exterior, sino también en el ámbito nacional. Esto produce que otros deportes y los atletas que los practican no reciban el reconocimiento y apoyo económico necesarios para poder competir. En un país caracterizado por ser de clase trabajadora, muchas veces no es posible vivir del deporte o practicarlo a la par de atletas y competiciones de elite. Pese a esta problemática, existe el caso del remo: el deporte que más medallas obtuvo para Uruguay y que actualmente atraviesa un presente increíble.

La historia del remo en Uruguay se remonta al año 1874, cuando surge una institución deportiva de residentes británicos llamada Montevideo Rowing Club. Muchos de los fundadores estaban vinculados con tareas portuarias e impulsaron el club, ya que los locales eran indiferentes a esa disciplina.  Y a pesar de contar con escasa atención y difusión, la historia de este deporte fue avanzando y cambiando para bien, hasta alcanzar un presente netamente favorable.

El nivel actual de los remeros uruguayos no es fruto de un golpe de suerte ni una casualidad, es el resultado de un trabajo constante que comenzó en 2015 con el entrenador argentino Osvaldo Borchi, quien, por segunda vez, llegó a Uruguay para entrenar atletas vinculados con la disciplina.

“Sabía que en este país se podían hacer cosas interesantes, porque se tiene mucha gente disciplinada”, ha dicho en alguna oportunidad el entrenador, que considera el remo una disciplina muy difícil y compleja que requiere una entrega total. “El deportista está en el medio de la naturaleza con lluvia, frío, nieve, olas, calor, no está dentro de un gimnasio. Es completamente diferente entrenar bajo techo que estar en el medio del río, y cuando las condiciones son adversas hay que tener ganas de ir a entrenar a las seis de la mañana”.

Para Borchi se trata de un deporte formativo para toda la vida, porque enseña a luchar todos los días, “como en la vida misma”. Dice: “El hecho de estar conviviendo con la naturaleza y de ir peleándola remada a remada, entregarse en un ciento por ciento, es algo que forma a las personas más allá del deporte”.

En Uruguay, el remo se ubica hoy entre los mejores deportes. “Es una disciplina que siempre tiene buenos resultados en la región”, argumenta el entrenador de la delegación nacional. Actualmente, el remo cuenta con una gran participación de mujeres y posee una federación organizada que lo fomenta y le da sostén para que puedan seguir practicando.

“La Federación Uruguaya de Remo busca siempre tener los recursos, aunque faltan un montón de cosas. El hecho de ganar un concurso de baile en alpargatas no quiere decir que tenga que seguir bailando con ellas, hay que tener la indumentaria adecuada”, señaló Borchi a modo de metáfora.

Todos estos valores se ven reflejados en la actualidad. Recientemente, Uruguay logró obtener el primer lugar en el medallero en los juegos ODESUR, superando a Chile, una selección con gran inversión y un centro de alto rendimiento de primer nivel.

Entre otros grandes logros está el de Felipe Klüver, joven que se colgó nada menos que la medalla de oro del Mundial Sub-23 de remo que se disputa en la ciudad italiana de Varese, a bordo del Single Peso Ligero. En aquella competencia, Klüver había llegado como uno de los candidatos a subirse al podio. Pero hizo una regata perfecta, como para no dejar dudas. Uruguay volvió a pisar fuerte en el ámbito internacional y quiere ir por más, aspirando a contar cada vez con mayor apoyo. También están los casos de Tatiana Seijas y de Paulina Centurión, que fueron las primeras mujeres del país en alcanzar una final en ese Mundial Sub-23.

Esto se suma a la histórica participación del año pasado, en la que Klüver fue sexto en los Juegos Olímpicos junto a otro uruguayo, Bruno Cetraro. Además, recientemente ambos se colgaron la medalla de bronce en la Copa del Mundo II en Polonia y en la Copa del Mundo III. Sin dudas, los deportistas se están preparando de la mejor manera en lo que es la antesala de los juegos olímpicos de París 2024, para volver con una medalla dorada al país.

En Europa, por lo pronto, Uruguay dio que hablar. Tanto que los alemanes, por ejemplo, pidieron entrenar en tierras orientales. “Tenemos absolutamente todo, pero viendo a Uruguay, nos falta algo. Y queremos ver qué es”, dijeron en las copas del mundo al cuerpo técnico celeste. La respuesta fue gráfica: sacrificio.

Quizás sea un poco apresurado asegurar que Uruguay es una potencia mundial en remo, pero con el apoyo necesario y los recursos adecuados que logren potenciar esta gran generación de deportistas, estaremos ante un futuro prometedor para el deporte nacional •

Remando hacia la gloria: el gran presente uruguayo
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