Cercanía y memoria agradecida

Este año los miembros de los Focolares nos propusimos vivir la cercanía, una práctica típicamente cristiana tal como la describió el papa Francisco cuando visitó la ciudadela de Loppiano, en Italia, en 2018. Aquella vez también dijo que sin memoria no hay frutos, exhortándonos a tener memoria de los primeros tiempos. Justamente, cercanía y memoria es el resumen de la experiencia vivida entre un grupo de jóvenes y Silma Inga, una de las primeras focolarinas del Cono Sur.

Por Mabel Bianconi (Argentina)

Un grupo de jóvenes del Movimiento de los Focolares se encontró con Silma Inga, una de las primeras focolarinas de la Argentina.

En un intercambio fraterno compartieron experiencias sobre cómo conocieron el Ideal, cómo una persona cercana, “un testigo del Evangelio”, los contagió y amando cambiaron sus vidas. Dialogaron sobre la vida cristiana y sus frutos, las gracias y desafíos del ayer y del hoy en la irradiación del Carisma de la Unidad, encomendado a este Movimiento.

Silma les mostró dos cartas fechadas en 1961 escritas por Lía, una de las primeras compañeras de Chiara Lubich, fundadora del Movimiento, que llegó a la Argentina. Una estaba dirigida a ella y a su hermana Nilda. La otra –en la que anunciaba la apertura del primer focolar en el Cono Sur, ubicado en Buenos Aires– era para la naciente comunidad de Santa María de Catamarca. También trajo dos ejemplares de las revistas Ciudad Nueva con fotos de la llegada de los primeros focolarinos a estas tierras, de la primera Mariápolis (como encuentro intergeneracional de los Focolares) en Santa María en el año 1962. 

Los chicos la escuchaban muy entusiasmados. Incluso uno de ellos compartió la experiencia de su abuelo, quien fue parte de las primeras aventuras.

“La Palabra de Vida llegaba a través del correo con cartero a caballo, cuando no lo frenaba el río crecido en el verano o congelado en el invierno, o se volaba con el viento de media estación”, decía Silma a los jóvenes luego de recordarles que en esa época no había ni mensaje de WhatsApp, ni email, ni muro de Facebook. “¡Pero la esperábamos como el tesoro!”, concluía. 

Entre las experiencias, Silma contó que ella tenía 14 años la primera vez que el Padre Priori (que de paso por Italia había conocido a Chiara Lubich y la primera comunidad del Movimiento de los Focolares) los visitó en su casa. Era el año 1958 cuando este sacerdote cercano compartió con su familia el Carisma de la Unidad y les dijo: “Si ellas (Chiara y sus primeras compañeras) pudieron, ¿por qué ustedes no?”, invitándolos a desencadenar la revolución del Evangelio en los Valles Calchaquíes. “Nosotras aceptamos el desafío”, dijo Silma, y con su hermana se lanzaron. 

Un día tenían lista la comida para su padre y hermanos que regresaban del trabajo cansados y hambrientos, cuando una vecina les vino a pedir ayuda porque había recibido visitas y no tenía nada para darles. Ellas quisieron hacer lo que hubiera hecho Jesús, entonces le dieron todo lo que tenían. Minutos después comenzaron a ladrar los perros que anunciaban la llegada de los hombres, y ellas no sabían qué darles. En ese momento llega otra vecina con una fuente llena de asado. Habían carneado un animal y, como se estila en el campo, compartían entre los vecinos. ¡Su padre y hermanos no esperaban encontrarse con algo tan rico!

A su vez los jóvenes compartieron con Silma la experiencia hecha con un grupo de jóvenes musulmanes con los que están construyendo un vínculo interreligioso. Uno comentó que verlos rezar fielmente las oraciones que indica el Corán diariamente lo movilizó interiormente y decidió volver a ir a misa todos los domingos, liberado de prejuicios y viviéndola como un espacio de plenitud.

Cuando tenía solo 14 años, Silma se vio movilizada por un pasaje del Evangelio de Mateo: “Por lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar tu ofrenda” (Mt 5, 20-26). Ella les contó a los jóvenes que, acercándose el momento de comulgar, se acordó de que algo no funcionaba bien en la relación con una vecina, entonces atravesó el campo para ir a pedirle perdón antes de recibir a Jesús Eucaristía. Ella dice que como Jesús no se deja ganar en generosidad (frase que suele repetir cotidianamente), por lo que no hizo falta batir las palmas (timbre del momento) porque la vecina misma, viéndola venir, salió a su encuentro y la abrazo, sin que ella tuviera que decirle nada antes.

Un joven católico que retoma la misa por el testimonio de un musulmán es tan insólito en el mundo de hoy como lo fue que una chica de 17 años, proveniente de ese pueblito bello pero casi aislado, termina del otro lado del océano, abrazando un Ideal que le abría las puertas al mundo entero. Y sí, Dios llama en todo tiempo y lugar a seguirlo, para que en la tierra sea como en el Cielo, y que la fraternidad, la paz y la unidad sean un faro de esperanza para todos •

Impresiones de los jóvenes que compartieron el diálogo con Silma

• “Sinceramente fue hermoso, todo lo que contó Silma se sintió mucho porque se notaba que lo contaba con el corazón. Nos contó cómo la irradiación misma de un padre que fue designado a Santa María, Catamarca, pudo iluminar e inspirar a un pueblo entero. Nos habló de Lía (su época en Trento y sus primeros viajes a la Argentina), y cómo sintió el llamado. 

La verdad fue una historia que transmitía mucha esperanza y una donación cargada de amor. En pocas palabras, hermosa.”

• “El encuentro fue muy lindo, y me llevé muchas cosas. Cómo arrancó el Movimiento acá en Argentina, y saber cómo unas simples vivencias sirvieron para que hoy en día muchas cosas como el amor y la fraternidad sean algo que tenemos en nuestro diccionario. Me pareció muy amorosa Silma, y muy gentil al momento de preguntarnos sobre nosotros y contarnos de su pasado con el Movimiento. Hubo mucho amor y charla”.

• “Fue muy lindo el encuentro. Los primeros tiempos tienen algo de mágico que ya no pasa, como conocer el Ideal tan rápido y vivirlo tan radicalmente. A pesar de que hoy ya no se vive igual, hay algo nuevo siempre para descubrir y volver a vivirlo. Estuvo bueno poder compartirle también cómo lo vivimos nosotros ahora y tener un momento de comunión con ella y entre nosotros”.

Cercanía y memoria agradecida
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Un comentario en «Cercanía y memoria agradecida»

  1. Para mí conocer la Mariapolis Lia,y pasar unos dias allí fueron suficiente,como haber estado en el cielo,fue una experiencia muy hermosa,y a todo el que puedo,se los comento,gracias eternamente Chiara y Lía,la cual un día estuvo sentada al lado mío.

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