Comunicación y medios – A 25 años del doctorado honoris causa en Comunicación Social a Chiara Lubich, la red internacional NetOne llevó adelante un encuentro planetario para reflexionar sobre el fenómeno de las fake news, las polarizaciones sociales, la cultura digital y la cultura de paz.
por Silvano Malini (Italia)
Este interrogante nos convoca y nace por los múltiples desafíos que el tiempo pandémico nos ha dejado. Hoy celebramos los 25 años del doctorado honoris causa en Comunicaciones Sociales a Chiara Lubich. Con varios de nuestra red NetOne nos preguntamos cómo hacerlo en medio de tantas fracturas sociales. Emergió la convicción de que su legado de vida, que puede sintetizarse en vivir por la unidad, por la fraternidad universal, en cada sector de la vida social, es la necesidad y el clamor de la humanidad de hoy”.
Así comenzó su intervención Isabel Gatti, investigadora y docente argentina, coordinadora internacional de NetOne, en la apertura del seminario online internacional realizado el 19 de noviembre, en simultáneo con jornadas presenciales en Loppiano (Italia), Medellín (Colombia), Kinshasa (República Democrática del Congo) y Nairobi (Kenia).
“Comunicación & medios, ¿en diálogo hacia la fraternidad? A 25 años del doctorado H.C. en Comunicación Social a Chiara Lubich”, fue el título del encuentro, secundado por el Instituto Universitario Sophia de Loppiano y por la ONG New Humanity. Siguieron e interactuaron con la transmisión en streaming unas 200 personas de todas latitudes, gracias a la traducción simultánea en inglés, francés, español, portugués e italiano.
Fue una oportunidad para reflexionar sobre estrategias y métodos adecuados para la concreción del gran objetivo de contribuir a la construcción de la fraternidad universal, focalizando la atención en algunos de los mayores desafíos que enfrentamos los comunicadores hoy, como el fenómeno de las fake news, las polarizaciones sociales, la cultura digital y la cultura de paz.
NetOne es una asociación internacional de profesionales de los medios de comunicación y del cine, de docentes, investigadores y operadores de la comunicación y de las tecnologías de la información. Un espacio de diálogo donde compartir experiencias profesionales, profundizaciones culturales, caminos formativos, acciones y proyectos para una comunicación mediática que suscite la fraternidad. Se inspira en los principios y en los valores de la espiritualidad de la unidad de Chiara Lubich.
En 1997, la Universidad Saint John, de Bangkok, incluyó a Chiara Lubich entre sus doctores por su “extraordinaria sabiduría en el uso de las modernas tecnologías de los medios de comunicación en la proclamación de la Palabra de Vida”. La propia Chiara dijo entonces: “Justo ahora que el mundo, aunque pareciera precipitarse hacia el abismo de nuevas guerras, calamidades y males antes ni siquiera imaginados (…) anhela estar más unido y reclama la fraternidad universal, es precisamente ahora cuando están a disposición de la humanidad estos poderosos medios de comunicación”. Medios que, como afirmó más tarde, tienen “vocación de unidad de los pueblos”.
El profesor Chainarong Monthienvichienchai, entonces vicecanciller de la universidad que otorgó el reconocimiento y su principal impulsor, participó en el seminario y recordó el “papel central” que jugó la comunicación en la vida de Chiara. “Sus escritos, y por tanto el lenguaje con el que expresa su experiencia, contienen todo un repertorio lingüístico que lo distingue del lenguaje cristiano tradicional”. “Nos inspiró su convicción de que es posible llegar a un entendimiento mutuo con todas las grandes tradiciones religiosas de la humanidad a través del diálogo y el respeto mutuo”.
Gatti continuó su intervención subrayando que “si bien los desafíos económicos, sociales, políticos y comunicacionales muestran una potenciación de las desigualdades, también vemos múltiples esfuerzos de muchas personas e instituciones que desde los diversos campos de la comunicación trabajan por lo que algunos denominan ‘otra comunicación’, impulsando ‘una nueva comunicación’. Por esto elegimos hacer esta ‘memoria agradecida’ mostrando algunos de estos esfuerzos, que ya están generando una nueva cultura”.
Desde Brasil, el periodista y docente Aldo Quiroga evidenció cómo la respuesta a la violencia exacerbada por la polarización política es un periodismo que sea “posibilidad de provocar encuentros”. Una respuesta que se da “en la continuidad del ejercicio laboral”, aunque “muchos de nosotros nos sentimos como el mitológico Sísifo, empujando una piedra cuesta arriba, que volverá al punto de origen y que, de todos modos, volvemos el día siguiente a encarar, porque solo en el ejercicio coherente y responsable de la vocación a comunicar podemos contribuir a superar este momento tan desafiante”. “No existe camino para la paz sin las herramientas de la comunicación, que usamos como el artesano usa el cincel o el panadero el horno”.
“Es vital pensar la comunicación y ponerla en práctica como un instrumento de construcción de comunidad”, afirmó la profesora colombiana Cristina Montoya desde Medellín, quien mencionó algunas conductas que los comunicadores para la fraternidad están manteniendo. “Nuestro caminar por la comunicación ha significado, por ejemplo, privilegiar las emisoras comunitarias, los procesos así llamados de comunicación alternativa o comunicación para el cambio social y, de manera especial, las relaciones; no solo interpersonales, sino sociales e institucionales”. “Hemos empezado a releer esta ciudad, reconocida como icono de narcotráfico y de guerra, con el propósito de resignificarla y hacer posible que los lugares que se volvieron grises y malolientes por la incomunicación y las desigualdades puedan llenarse nuevamente de color y dar origen a narrativas de respeto, de inclusión, de reconocimiento recíproco”.
Se conocieron iniciativas que persiguen estos objetivos en Benín, Italia y diferentes partes del globo, mientras que Emmanuel Badibanga, desde la República Democrática del Congo, expresó: “En diálogo con la fraternidad es posible comprometerse, según los mandatos de la propia conciencia, para cumplir con un trabajo que sea parte de la solución a los problemas que enfrentamos”. Lo suscribe la convicción de Chiara Lubich: “La fraternidad ofrece posibilidades sorprendentes. Permite reconciliar y valorizar experiencias que de otro modo correrían el riesgo de convertirse en conflictos irremediables” •