Toma de decisiones – No existe la solución única ni perfecta, por lo que tomar una decisión puede volverse, en ciertos momentos, un camino complejo. Por eso, seguir algunos pasos de forma metódica puede ayudar a tener más claro el proceso de selección y a barajar adecuadamente todas las alternativas disponibles.
por Pablo Loyola (Argentina)*
Muchas veces, en el transcurso de la vida tenemos que tomar decisiones. Algunas más simples, otras un poco más complejas. El hecho de tener que enfrentar la toma de decisiones deja en claro que en la vida no se puede tener o hacer de todo. Nos muestra que, en cierta manera, somos limitados.
Lo que hace difícil tomar una decisión es saber si lo que se va a ganar al elegir un camino será mayor que lo que se pierde. Por eso es necesario tomarse el tiempo suficiente para discernir en profundidad. ¿Y qué significa discernir? Etimológicamente, la palabra proviene del latín discernere y significa distinguir.
¿Cómo tomar decisiones?
Entonces, ¿cuáles serían los pasos para una correcta toma de decisiones?
- Identificar adecuadamente la situación.
- Separar / distinguir: enumerar ventajas y desventajas de cada alternativa, recursos que serán necesarios, tiempo de ejecución, consecuencias internas o externas que podrían aparecer.
- Informarse: averiguar todo lo posible antes de tomar una decisión. En particular, si la decisión incluye temáticas que no se conocen en profundidad.
- Darse tiempo: acá vamos a citar otra frase popular: “consúltalo con la almohada”. Darse el tiempo necesario para meditar las alternativas y sus consecuencias.
- Hacer silencio: regalarnos algunos minutos de silencio exterior e interior, justamente para escuchar lo que nuestra conciencia puede decirnos.
- Confrontar con personas capacitadas: una vez que hemos hecho todo lo anterior, una buena idea podría ser confrontar esas opciones con profesionales del tema.
- Decidir y actuar.
¿Es infalible este método?
Es probable que no contemos con una certeza del ciento por ciento sobre cuál opción elegir, pero eso es normal. Lo que sí es seguro es que luego de hacer un discernimiento profundo siguiendo estas recomendaciones, la decisión dará paz. Lamentablemente, este método no asegura que optemos por la decisión correcta. Pero, por otro lado, sabemos que de cualquier opción podemos aprender algo y, sobre todo, que siempre tendremos la oportunidad de recomenzar.
Toma de decisiones en la empresa familiar
En las empresas de familia se presentan muchos momentos de decisión: 1) cuando los hijos e hijas comienzan a crecer y están en edad de trabajar: ¿se desea que trabajen o no en la empresa de la familia? ¿Bajo qué condiciones? ¿Podrán los familiares políticos incorporarse al negocio?; 2) en algún momento de la vida de la empresa hay que innovar: ¿es ahora ese momento? ¿Qué rumbo tomar?; 3) encontrar el punto de equilibrio entre retiro de utilidades y reinversión: ¿se disfruta ahora de las utilidades o seguimos invirtiendo para gozar más adelante? ¿Cuánto repartir?
Estos son solo algunos ejemplos de situaciones en que un discernimiento sería la forma adecuada de encontrar alternativas a seguir. Como ya dije, no hay una solución única ni perfecta. Solo el análisis de las variables de cada empresa y familia les dará la tranquilidad necesaria para afrontar estos momentos con madurez y tranquilidad •
*El autor es contador, consultor de empresa familiar certificado (CEFC®) y socio activo del Instituto Argentino de la Empresa Familiar. Escribió Vientos de cambio y ¿De tal palo tal astilla?, libros publicados por Ciudad Nueva.
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