Fe y Ecología – El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio llevaron adelante un encuentro que reunió a líderes religiosos y jóvenes, para debatir sobre la incidencia de la fe en la relación de las personas con el medioambiente.

por Redacción Ciudad Nueva

La fe tiene incidencia en el vínculo que las personas forjan con la Tierra. Las acciones que se están llevando adelante en todo el mundo, con vistas a alcanzar la sostenibilidad del planeta y atenuar el impacto del cambio climático, están estrechamente ligadas a la forma en que el ser humano se vincula con el medioambiente.

Por eso, en función del aporte que puede hacer la fe a este cambio de paradigma que atraviesa la sociedad toda, se realizó en Argentina “Estocolmo+50 y organizaciones basadas en la fe: las creencias religiosas, las personas y el planeta en la era del Antropoceno”, un encuentro que reunió a líderes religiosos y jóvenes que son referentes en diversas organizaciones, con el objetivo de intercambiar miradas, testimonios e ideas sobre cómo impacta la fe en la relación entre las personas y el planeta.

El encuentro se llevó adelante en el marco del 50 aniversario de la primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, realizada en Estocolmo, capital de Suecia, gracias a la cual, la acción ambiental se instaló en la agenda global y pasó a tener el membrete de asunto urgente. En aquella Conferencia de 1972, a la cual asistieron 120 países, se firmó la Declaración de Estocolmo y el Plan de Acción para el Medio Humano.

Este 2022, entonces, se realizó el evento, que convocó a diversos referentes en un espacio de diálogo intergeneracional. Con sede en Buenos Aires, Argentina, el encuentro fue promovido en conjunto por el Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio (CREAS) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Allí se debatieron e impulsaron prácticas innovadoras sostenibles e inclusivas de desarrollo humano. Se abrió el diálogo para intercambiar ideas sobre cómo pueden contribuir las comunidades de fe a la reconstrucción de las relaciones de confianza, para fortalecer la cooperación y la solidaridad; las acciones sistémicas necesarias para la recuperación equitativa, inclusiva y resiliente tras la pandemia; y discernir perspectivas de fe que redefinan las concepciones y las medidas del progreso y el bienestar.

El vicepresidente de CREAS, Humberto Shikiya (foto), dijo sobre el encuentro: La cooperación no es solo hacia la propia religión, es una cooperación que se da en términos interreligiosos y es, además, una cooperación multiactoral, una articulación con organizaciones de la sociedad civil, gobiernos, organismos internacionales y el sector privado”.

Por su parte, María Eugenia Di Paola, coordinadora del área de Ambiente y Desarrollo del PNUD, agregó: “Vivimos en un mundo multirreligioso y, para nosotros, es fundamental trabajar con personas de diversos credos y tradiciones culturales, porque nos motivan a creer en tanto seres humanos que somos, y amplían los límites sobre nuestra visión propia y común sobre el mundo” •

“La cooperación no es solo con la propia religión”
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