Historias

Por Quique Figueroa (Argentina)

El Día de la Madre se festeja el tercer domingo de octubre. Argentina es uno de los pocos países que celebra a las madres ese día. La elección de la fecha se remonta a 1931, año en el que el Papa Pío XI declaró el 11 de octubre como el día de la “Divina Maternidad de María”.
Desde aquel año, las cosas han cambiado, pues las familias “tipo” (donde una pareja vive con hijos) representan algo más del 38% de los hogares. Mientras que los hogares unipersonales (personas que viven solas) superan el 17% de los hogares, y los monoparentales (un adulto con hijos) rondan el 11%. La gran mayoría de los hogares monoparentales (más precisamente un 84%) están a cargo de mujeres.

Haremos zoom sobre un hogar que, de unipersonal, pasó a ser monoparental en un camino enriquecedor. Hubo una espera que no fue un embarazo sino un proceso de adopción que emprendió Karina Palma, una valiente mujer de la provincia argentina de Chubut: “Realmente tenía el deseo de ser mamá y, en algún momento, por determinadas circunstancias, tuve que plantearme cómo. Estaba sola y me pregunté por qué no la adopción y hacerlo como familia monoparental. Me dije ‘voy’, y presenté la documentación para anotarme en el Registro Nacional de Pretensos Adoptantes”. Karina fue paciente, esperó dos años y medio y en marzo de 2018 un pequeño de 2 meses de vida llegó a sus manos: Juan Simón. “Cuando llega un hijo es algo inexplicable: es un amor inmediato. Me cambió la vida, había otra persona que dependía de mí, y la verdad es que Juan se adaptó muy bien a nuestro ritmo de vida. No cambio por nada la manera en la que llegué a ser mamá. Juan es la mejor decisión que tomé en mi vida”.
El testimonio de Karina, que se puede encontrar en este link, es un ejemplo concreto de amor a las personas, brindando la posibilidad de ser y ampliar la familia. Este cronista puede dar fe del amor de Karina, ya que cursó la carrera de locución e hizo radio junto a ella. Es una mujer aplicada, siempre dispuesta a compartir. Su historia no es la única, hay otros testimonios. El desafío es darlos a conocer para contagiarnos.

Mamá corazón
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