Protocolos.

Por Pablo Loyola (Argentina)*

La incorporación de parientes en la empresa familiar, en especial los parientes políticos, es una de las cuestiones principales a conversar y definir por parte de la familia empresaria.

Como regla general, la incorporación de empleados a la empresa debe hacerse sólo si ésta lo necesita. Cuando se crean áreas o puestos de trabajo por el sólo hecho de tener un lugar donde el familiar trabaje, en realidad se está perjudicando a la organización.

Necesitamos a alguien

En caso de que la empresa realmente necesite incorporar personal, lo ideal es que la persona elegida tenga todas las aptitudes y conocimientos que el puesto requiere. Es decir, contratar al mejor sin tener en cuenta si es familiar o no. Ante dos personas con igual grado de formación, quizás lo mejor sea incorporar al familiar, quien ya comparte una cultura y un vínculo en común. Aunque en estos casos, se puede presentar un dilema: el hecho de que seamos familia, ¿no complicará las cosas? A través de la fijación de algunas pautas claras se pueden evitar futuros dolores de cabeza. Por ejemplo: sueldo y condiciones claras como si no fuera familiar.

¿Mejor un pariente político?

Si se trata de parientes políticos se agrega un interrogante aún más complejo: si se llegaran a separar o divorciar, ¿qué hacemos? ¿Puede seguir en la empresa? ¿Será mejor entonces no contratarlos? Es difícil dar una respuesta única a estas preguntas. Cada familia debe decidir si está dispuesta a la incorporación de los parientes políticos en algunas áreas, en todas o en ninguna. Lo que sería recomendable es que ninguna norma se tome sin haber conversado al respecto. Lo que se elija debe ser fruto de una comunión entre todos donde se sopesen en profundidad los diferentes pros y contras de la participación de los parientes políticos.

Existen historias de parientes políticos que han hundido empresas, pero también de los que las han salvado o convertido en grandes organizaciones.

Sentar las bases en el Protocolo

El Protocolo Familiar es el lugar adecuado donde establecer estas políticas familiares: método de valuación de la empresa, preferencia de adquisición de acciones por parte de los demás socios, imposibilidad de venta a terceros son otras de las cuestiones a plasmar.

Es altamente recomendable llevar a cabo este tipo de conversaciones antes de que nazcan los conflictos, ya que luego puede dificultarse llegar a un acuerdo. En aquellas familias donde ya existen parientes políticos, es importante mantenerlos al tanto de las conversaciones y no hacerlos sentir fuera de la familia. Estas cuestiones solo tienen por objeto asegurar la continuidad de la empresa en la familia ante eventuales hechos naturales o desafortunados, pero de ninguna manera buscan que se sientan discriminados.

Una familia capaz de mantener este tipo de conversaciones y llegar a acuerdos consensuados es una familia que ha alcanzado un gran nivel de madurez y sienta las bases para un crecimiento sano en el futuro •

*El autor es contador, consultor de la empresa familiar certificado (CEFC) y Director de la Sede Regional Córdoba del Instituto Argentino de la Empresa Familiar. Escribió Vientos de cambio¿De tal palo tal astilla? y Tatuaje en el alma, libros publicados por Ciudad Nueva. Para seguir al autor: www.novarum.com.ar e Instagram @novarumcba

Parientes políticos, ¿adentro o afuera de la empresa familiar?
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