Plantas medicinales, su valor en la historia de Paraguay

Conocimiento – El uso de las plantas medicinales en Paraguay ha perdurado por más de cinco siglos, principalmente en zonas rurales pero también haciéndose presente en las ciudades más grandes. Aunque algunas plantas aún se aplican mediante técnicas como cataplasmas o vapor, el método más común sigue siendo su consumo infusionado con yerba mate, a través del tereré o el mate.

Por Juan Pablo Galeano (Paraguay) – Fotos: María Belén Galeano (Paraguay)

Quien haya visitado Paraguay habrá notado que, aun en las ciudades más grandes y donde se hace evidente la globalización, existen mercados en plazas o paradas de autobús donde no es raro encontrar puestos de ventas de yuyos o pohã, es decir, plantas medicinales. Para comprender la prevalencia del uso de plantas medicinales primero es necesario comprender varios motivos históricos.

El primero de esos motivos es la influencia de la cultura guaraní. Los grupos guaraníes, actualmente relegados a comunidades en Brasil y Paraguay principalmente, habitaban buena parte de la Cuenca del Río de la Plata antes de la llegada de los colonizadores europeos. Allí desarrollaron un profundo conocimiento sobre las propiedades medicinales de las plantas autóctonas. Este conocimiento empírico transmitido de generación en generación constituye la base de la medicina herbolaria del Paraguay. Un punto importante para reconocer el aporte guaraní a la medicina es conocer su visión sobre la enfermedad; para ellos, muchas de las dolencias físicas eran causadas por posesiones malignas, por lo que buena parte de la medicina se basaba en buscar un payé (lo que llamaríamos un médico-hechicero) que con exorcismos y limpiezas de energía curaba los males. No hay que olvidar que los primeros médicos europeos en arribar al Paraguay no fueron los latinos (llamados así porque entre sus exigentes estudios académicos se encontraba el latín), sino los romances, que adquirieron el oficio principalmente de la práctica y no de la teoría, por lo tanto de un espíritu muy similar al de los médicos guaraníes. Además, la medicina europea de ese entonces no se hallaba libre de supersticiones. Con este panorama, las distintas aplicaciones de hierbas medicinales eran los mejores procedimientos médicos técnicamente, y hasta inicios del siglo XX fue el conjunto de prácticas médicas más extendido en el Paraguay.

Otro factor que ha favorecido a que perdurase el uso de plantas medicinales en Paraguay es el consumo de yerba mate (Ilex paraguariensis), principalmente en mate y tereré, que está directamente ligado a la medicina tradicional. Desde hace siglos que la yerba mate ha sido la principal forma de consumo de otras plantas medicinales. Estudios sobre su uso como diurético y las propiedades de la mateína ya fueron publicados en periódicos de 1802. Al mezclar la yerba con otras hierbas, el tereré se convirtió en un medio simple y eficiente para ingerir remedios naturales. Aunque algunas plantas aún se aplican mediante técnicas como cataplasmas o vapor, el método más común sigue siendo su consumo infusionado con yerba mate.

Ya desde el siglo XVI se tiene registro escrito de que las plantas medicinales eran utilizadas para tratar afecciones como tortícolis, reumas, catarro, trastornos urinarios y parálisis, entre otros. A un nivel más detallado, los primeros registros fueron realizados principalmente por misioneros jesuitas, quienes durante los siglos XVII y XVIII crearon extensas recopilaciones de las propiedades de las plantas en recetarios, herbarios y notaciones de fórmulas hasta ese entonces transmitidas oralmente. Estas obras documentaron el conocimiento medicinal de los guaraníes y fueron de gran importancia, pues si tomamos como referencia que el esplendor de las reducciones se ubica a mediados del siglo XVIII, incluso en ese entonces solo había tres médicos para los 30 pueblos de indios de la Compañía de Jesús. La expulsión de dicha Orden en 1767 llevó a que miles de indígenas migraran a ciudades y villas españolas, lo cual posiblemente haya facilitado la expansión de sus saberes tradicionales, ahora también puestos por escrito.

Durante el siglo XIX, el uso de plantas medicinales adquirió aún más relevancia debido a las difíciles circunstancias por las que atravesó el país. Menos de diez años después de la independencia de facto y bajo la dictadura de José Gaspar Rodríguez de Francia, la suma de factores regionales e internos llevó a un aislamiento de veinte años (1820-1840). Más tarde, la Guerra contra la Triple Alianza (1864-1870) causó una devastación casi total. Estos hechos limitaron el acceso a bienes importados y profesionales médicos. En ese contexto, el conocimiento heredado sobre plantas medicinales se convirtió en un recurso esencial para la población paraguaya. Durante el siglo XX la extensión del sistema de salud, la creación y crecimiento de la Facultad de Medicina, la creciente apertura al mercado global de productos farmacéuticos, entre otros factores, mermaron la importancia de la medicina tradicional.

Además de su uso como bebidas junto al mate o tereré, muchas plantas se emplean en Paraguay con fines y formas específicos, como diuréticos, purgantes o sudoríferos. Para tratar heridas, contusiones o hinchazones, se aplican fricciones o masajes con plantas en forma de ungüentos, bálsamos y resinas. Otras técnicas incluyen la sudoración con vapor y el uso de ventosas con porongos, métodos que han perdurado desde épocas precoloniales.

A pesar de todo lo dicho, el uso de plantas medicinales ha encontrado rechazo y no está libre de críticas, desde los intentos del gobernador Hernandarias por suprimir el uso de yerba mate a inicios del siglo XVII, pasando por quejas registradas en informes de gobierno de mediados del siglo XVIII, hasta la críticas contemporáneas hacia la medicina empírica, entre las que se pueden citar: la desconfianza debido a las dosificaciones inexactas, las medidas de higiene, o la imprecisión de las contraindicaciones. Sin embargo y a pesar de ello, su uso ha perdurado a lo largo de más de cinco siglos, principalmente en zonas rurales pero también haciéndose presente en las ciudades más grandes, no de manera intacta, sino enriquecida y confrontada a otras técnicas, pues si hay una característica que la tradición no tiene, es la de ser estática •

Referencias

Anuario de Historia Paraguaya. Vol. 2. 1957; Vol. 22. 1985; Vol. 32. 1993; Vol. 37. 1997; Vol. 53. 2013; Vol. 55. 2015

Plantas medicinales, su valor en la historia de Paraguay
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Un comentario en «Plantas medicinales, su valor en la historia de Paraguay»

  1. En el año 2001, laUnesco junto a la Fundacion Celestina Perez de Almada publico un «Manual de udo de hierbas medicinales del Paraguay»

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